Nostalgia y Confrontación (6)

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Lana Pov's


Había pasado tanto tiempo desde la última vez que estuve en la casa de mi padre. La familiaridad del lugar me envolvía en una sensación de nostalgia y tranquilidad que no había sentido en mucho tiempo. Me encontraba en mi antigua habitación, un santuario de recuerdos que parecía haber quedado congelado en el tiempo.

La habitación estaba llena de objetos que reflejaban mis años de adolescencia, cuando mi vida giraba en torno a los karts y las carreras. Miré alrededor, pasando mis dedos por las viejas estanterías llenas de trofeos y medallas. Todo estaba tal como lo había dejado, un testimonio silencioso de mis sueños y ambiciones.

Me detuve frente a una caja de cartón que había estado escondida en el fondo del armario. La abrí con cuidado, revelando una colección de recuerdos de mis días en el karting. Cartas de felicitación, recortes de periódicos, y, por supuesto, fotos. Muchas fotos.

Tomé varias pero una me llamó la atencion,sonreí otra vez al ver las caras jóvenes y sonrientes de Max y yo estaba vez estabamos festejando un podio juntos mientras nos abrazabamos. Era difícil reconciliar esas imágenes de dos amigos inseparables con la realidad actual de nuestra relación.

Mientras seguía revisando las fotos, escuché la puerta principal abrirse y cerrarse, seguido de pasos familiares. Mi padre, apareció en el umbral de mi habitación, una cálida sonrisa en su rostro.

Hola, hija — dijo, entrando en la habitación. — ¿Qué estás haciendo? –

Solo revisando algunos recuerdos — respondí, levantando la foto de Max y yo para que la viera.

Mi Papá se acercó y miró la foto, sus ojos llenos de una mezcla de nostalgia y algo que no pude identificar. — Ah, esos eran buenos tiempos. Tú y Max eran inseparables —

Asentí, sintiendo una punzada en el corazón. — Sí, lo éramos

Fernando se sentó en la cama junto a mí, tomando la foto en sus manos. — ¿Qué pasó entre ustedes, Lana? Antes eran tan buenos amigos —

Solté un suspiro, tratando de encontrar las palabras adecuadas. — La vida pasó. Las carreras, las rivalidades, las presiones... Todo se volvió complicado. Ahora, apenas podemos hablar sin pelearnos —

Fernando me miró con una expresión de comprensión. — Las relaciones cambian, especialmente en un deporte tan competitivo como el Nuestro. Pero no siempre tiene que ser así —

Sentí una mezcla de frustración y tristeza. — Papá, ¿alguna vez sentiste tanto odio hacia una persona que antes era tu amigo? — le pregunté, buscando alguna guía en su sabiduría y experiencia.

Fernando se quedó en silencio por un momento, reflexionando. — Sí, me ha pasado. Cuando era joven, tenía un amigo muy cercano con el que competía. Nuestra amistad se rompió debido a una serie de malentendidos y rivalidades en la pista. Fue difícil, y me costó mucho tiempo darme cuenta de que mi odio no era realmente hacia él, sino hacia la situación en la que estábamos —

Sus palabras resonaron en mí. — ¿Y cómo lo superaste? —

Aprendí a dejar ir el rencor y a recordar por qué éramos amigos en primer lugar. Al final, el odio solo te consume a ti mismo. Si puedes encontrar una manera de hablar con Max y resolver sus diferencias, tal vez puedan recuperar algo de lo que tenían antes —

Asentí, sintiendo una mezcla de esperanza y duda. — No sé si estamos listos para eso. Cada vez que intentamos hablar, solo empeora las cosas —

Racing Hearts|Max Verstappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora