✏Treinta y tres✏

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Izuku despertó lentamente, aún somnoliento. Lo primero que notó fue la calidez del cuerpo junto al suyo, y sonrió plácidamente entreabriendo los ojos.

Allí estaba Shoto, durmiendo apaciblemente a su lado. Verlo siempre lograba llenarlo de paz.

Se acurrucó aún más en su pecho, entreteniéndose en recorrer con la punta de los dedos los músculos de su espalda por sobre la tela. Adoraba estos momentos de sosiego que podían permitirse a solas.

Movido por la ternura, fue dejando pequeños besos por su rostro dormido. Quería agradecerle de algún modo por la genial noche en compañía.

-Izu-Murmuro el bicolor con voz algo ronca pasando sus brazos por la cintura del pecoso y acomodando su cabeza entre su hombro y cuello-

Un leve suspiró escapó de los labios de Izuku al sentir el cuerpo de Shoto apegándose más al suyo. Le encantaba despertar así, envueltos en un lazo cálido y protector.

-Buenos días, Sho -musitó con dulzura, dejando un beso suave sobre su cabello bicolor.

Comenzó a acariciar su espalda de arriba abajo, en una caricia relajante y reconfortante. Adoraba este tipo de contactos íntimos entre los dos, que lograban calmarlo y llenarlo de paz.

Pasó sus dedos con delicadeza por el borde de la cicatriz en su ojo, como siempre hacía. Aquella marca no disminuía para él la belleza de Shoto, quien era perfecto tal cual.

-Tengo que ir a la cefeteria en una hora-Informo el pecoso con cierto pesar-

Izuku emitió un suave quejido ante la idea de tener que separarse pronto de Shoto. Adoraba sus momentos de tranquilidad juntos, aunque su trabajo también era importante.

-Quisiera quedarme aquí contigo todo el día -musitó, acurrucándose en su cálido pecho como si así el tiempo se detuviera.

Permaneció unos minutos más disfrutando de sus brazos, repartiendo besos en su rostro y cuello que causaban leves suspiros en Shoto.

Finalmente se separó a regañadientes, sentándose en el borde de la cama. -Creo que mejor me preparo -comentó con un mohín.

Antes de levantarse, se inclinó sobre él para depositar un último beso en sus labios. -Nos vemos más tarde -susurró con una sonrisa-

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Izuku caminaba en direccion a la cafeteria con una sonrisa en su rostro, mientras sujetaba en su mano su celular viendo redes sociales, y allí se encontro una foto de la madre de Misaki, quien era la actual esposa de Hisashi, Nomi.

Izuku se sorprendió al ver una foto reciente de su madrastra Nomi en redes sociales. Aunque las cosas habían estado tensas desde el nuevo matrimonio de su padre, mantenía la esperanza de algún día poder llevarse bien con ella.

Observó la imagen con atención. Nomi lucía radiante, disfrutando de un paseo por el parque con Misaki. Ambas se veían felices. Aquello hizo que Izu sonriera levemente, pues a pesar de todo lo que pasó, lo único que deseaba era que su pequeña hermana estuviera bien.

Siguió caminando absorto en sus pensamientos, con algo de nostalgia.

Cuando finalmente llego a la cafeteria,saludo a todos sus compañeros amablemente, en especial a Marko quien se avia vuelto su mejor amigo en la cafeteria.

Trabajar allí era muy agradable, en gran parte gracias a su compañerismo. En especial se llevaba muy bien con Marko, quien a pesar de su apariencia ruda, tenía un gran corazón y alguien muy asustadizo.

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