✏Veintiuno✏

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-Buenos días Lonnie-Saludo con una pequeña sonrisa pero un tono de voz bajo-

-Buenos días Izu-Sonrio y luego pregunto- ¿Por que hablas en un tono tan bajo?-

-Me duele la garganta-

-Ah, ya veo -dijo Lonnie con tono comprensivo-. Tu voz suena un poco ronca. ¿Te enfermaste ayer con la lluvia?
Izuku asintió, tosiendo levemente.

-Sí, creo que me resfrié. Shoto me ayudó a entrar en calor -comentó con una pequeña sonrisa al recordar los detalles del bicolor.

-Bueno, por hoy descansa la voz -le indicó Lonnie-. Puedes encargarte del área de reposición y limpieza. No quiero que empeores. Avísame si te sientes mal, ¿de acuerdo?

-Gracias Lonnie. Estaré bien -aseguró Izuku, yéndose a cumplir con sus tareas de una manera más tranquila para cuidar su garganta. Se colocó la bufanda que antes era de Shoto pero dicidio obsequiarsela, y pensó en agradecérselo luego.

-¿Nececitas ayuda?-Pregunto Marko acercandose a el pecoso-

-Hola Marko, gracias por ofrecerte -dijo Izuku con una sonrisa amistosa, aunque con voz un poco ronca-. Por hoy Lonnie me pidió hacer tareas más livianas para cuidar mi garganta.

-Déjame que te ayude con eso -insistió el más alto, tomando una bandeja que Izuku cargaba-. Precisarás descansar la voz, puedo prepararte un té su gustas, yo invito-

Izuku asintió, agradecido por la ayuda. Marko siempre se mostraba atento y servicial.

Trabajaron juntos, conversando en voz baja. Pronto el té estuvo listo. Al beberlo, Izuku sintió alivio en su garganta.

-Sí que necesitaba algo caliente. Muchas gracias, Marko -dijo con una sonrisa sincera.

Siguieron conversando de temas ligeros. Izuku se dirigió a él con respeto y cordialidad, como siempre hacía.

Izuku realmente agradeció la ayuda de Marko. A pesar de su voz ronca, el té de miel y limón había calmado el ardor de su garganta.

-Gracias por todo, de verdad me has ayudado mucho -dijo con una sonrisa fatigada.

-No es nada-Sonrio-

-Marko, te necesitan en la mesa ocho-Informo Ray llegando donde ellos- y a ti Midoriya, te necesitan para limpiar la mesa doce-

Izuku vio a Ray acercarse. Saludó cortésmente con un gesto de cabeza, para no forzar su garganta.

-Hola Ray. ¿Necesitas algo? -preguntó.

Marko notó la incomodidad que a veces causaba Ray.

-Sólo pasaba a ver cómo estás -dijo Ray con una sonrisa que Izuku percibió como forzada-. Escuché que te enfermaste.

-Estoy mejor, gracias -respondió brevemente Izuku. Ray solía insistir demasiado.

-Bueno, cuídate -se despidió Ray, captando la presencia de Marko. Sabía que Izuku no estaba solo.

-Gracias, tú también -se despidió Izuku con alivio.

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Finalmente el turno de Izuku termino, y se sentia horrible, pues tenia dolor de cabeza, dolor de cuerpo y le ardian los ojos.

Izuku terminó agotado su jornada laboral. Apenas podía mantenerse en pie del malestar.

-Gracias por todo hoy, Marko -dijo con voz ronca-. Lo siento, creo que me iré directo a casa.

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