La visita del Halley

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Los Mamuts como muchas otras criaturas del norte, estaban acostumbradas a sus luces nocturna, señales de una pelea cosmica proveniente las entrañas de la Tierra contra las fuerzas termonucleares del Sol.

En la estepa siberiana, una Familia pasta con tranquilidad, una madre ya ha destetado s su ternero y le esta a punto de dar a probar su primer bocado de pastura, los centenares de musculos en su trompa se flexionan y contraen para dar lugar a un movimiento fino, sensible y elegante cual mano humana, pero algo llama su atención, sus hermanas se han frenado en seco.

Cuando hay un peligro, usualmente gritan "CIRCULO" en su propio lenguaje ancestral, una forma de protrger a las crías de las amenazas del exterior pero no parecía ser el caso, no habían depredadores a la vista, de todas formas se estaba poniendo el Sol y su vista no es muy buena que digamos, ya se estaban vislumbrando las primeras estrellas de la noche asi como la Estepa del cielo, el nombre que le daban los mamuts a ese punto de luz roja que llamamos Marte.

Y ahi estaba la razón

Una estrella que estaba cayendo del firmamento, anteriormente habían visto pequeñas estrellas similares cayendo en la noche pero de un tamaño mucho menor, esta era visible aún antes de anochecer,  su debil movimiento y resplandor eran simplemente preciosos.

Una estrella que estaba cayendo del firmamento, anteriormente habían visto pequeñas estrellas similares cayendo en la noche pero de un tamaño mucho menor, esta era visible aún antes de anochecer,  su debil movimiento y resplandor eran simplemente ...

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-no pense que llegaría para volver a verlo- dijo la matriarca.
Las demas hembras se voltearon estupefactas ante tal afirmación hasta que una dijo lo que todas pensaban decir
-¿significa que ya vino antes?
-si, es un viajero como nosotras, viene cada 75 inviernos, mi madre me conto cuando yo era una cría, que el era mas grande que nosotras y que por eso sus viajes eran tan lentos.
-¿nos hara daño?-pregunto una de las madres mas jovenes del grupo.
-no, para nada, seguira su camino y volvera a su hogar en el firmamento para prepararse para su proximo viaje.

Las palabras de la matriarca fueron altamente tranquilizadoras para sus hijas y hermanas quienes ahora podían disfrutar del espectaculo del Halley con tranquilidad.

Con cada viaje de este migrante cósmico, los mamuts y otras criaturas eran menos numerosos debido a los cambios en la Tierra, hasta que un día el Halley regresó, pero ningún mamut se maravilló ante su presencia.

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