No hay donde esconderse

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Ornithomimus, uno de los dinosaurios mas veloces que hayan existido.
Este en particular es un macho, en esta época del año, los machos se asentaban en las costas de ríos para crear sus nidos e impresionar a sus futuras parejas, mientras alguien observa.

Este macho se ha quedado rezagado, padece de una afección parasitaria, consecuencia de vivir en un entorno cenagoso.
Sin posibilidad de asegurarse un mejor lugar, el macho enfermo se resigna a anidar peligrosamente cerca del agua, sabe que esta temporada esta perdida pero su instinto le obliga a participar.

Cerca de ahí, entre la vegetación, otro macho tiene sus propios dilemas referidos al apareamiento, se trata de un joven macho de T.rex en su primer celo, para impresionar a su potencial pareja le ofrecerá un bocadillo, la rareza de este le indicara a la hembra que tan buen cazador será el padre de sus crías.
Ha dado con un botín, el enclave de apareamiento ornitomimo.

En tan solo un segundo, 5 toneladas con mal carácter avanzan sobre la playa, la parvada de imitadores de aves se escandalizan y huyen, otros, mas astutos se confían y decide utilizar la confusión para r0bar material de anidación a otros machos. El macho parasitado reacciona tarde y sale corriendo en dirección al agua, ya de por si le cuesta nadar, su afección lo vuelve mas lento y propenso a cansarse.

Mueve las patas hasta donde le dan las fuerzas hasta que finalmente...¿el Tyrannosaurus desapareció?
Un horrible dolor paralizante a lo largo de su espina dorsal le confirma su error. El agua no ha podido frenar al temible carnívoro, le ha dado una ventaja.

Los ejemplares de Tyrannosaurus que viven cerca del agua han aprendido que pueden alcanzar a presas que normalmente estarían fuera de su alcance si las acorralan hacia el agua donde sus musculosas patas traseras lo impulsaría hacia adelante

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Los ejemplares de Tyrannosaurus que viven cerca del agua han aprendido que pueden alcanzar a presas que normalmente estarían fuera de su alcance si las acorralan hacia el agua donde sus musculosas patas traseras lo impulsaría hacia adelante.

A lo largo de la Vía marítima occidental, nada se escapa del rey de los lagartos tiranos.

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