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Jimin tenía su cabeza recostada en el pecho de Jungkook quien acariciaba esta de manera suave.

—Cariño, mañana empezaré el plan que te dije, estarás bien verdad? — El rubio levantó la cabeza y se separó un poco para mirarlo a los ojos, sonrió con dulzura y asintió — Porque si esto llega a lastimarte sólo un poco o te hago sentir inseguro o mal por favor dímelo y no hago ni mierda.

—Koo, está bien, además te ayudé a idear el plan no? — El alto asintió — Entonces no te preocupes por eso y tú llévalo a cabo, sabes que te apoyo y confío en ti, sólo quiero que me prometas algo Jeon Jungkook.

Su seriedad invadió su rostro y sus ojos conectaron con los del contrario, Jungkook se sentía embelesado por esos orbes caramelo, estaba completamente enamorado de aquel rubio, lo amaba con cada partícula de su ser.

—Que pase lo que pase, amenaza que haya, lo enfrentaremos juntos, nada de sacrificarse por el otro, por favor — Pidió casi en ruego, la única inseguridad en el rubio era esa y Hyejin le había dicho que si quería superar ese trauma del pasado debía hacerle frente — Prométemelo.

Ojos suplicantes, mirada brillosa, y emociones al mil era lo que estaba observando Jungkook en el rostro de Jimin, un puchero adornando sus belfos y sus feromonas invadiendo su ser, y lo único que hizo fue tomar aquel rostro y estampar sus labios con los del contrario ganándose un gemido de sorpresa del contrario por el impacto pero siendo recibido o mejor dicho tratando de recibir aquel beso, pues era muy diferente de los que se habían dado.

Rudo, fuerte, intenso... deseo, lujuria, pasión... electrizante, amoroso e imperfecto.

Era rudo porque sus labios chocaban de una forma casi pecaminosa, dientes y saliva jugando entre ellos; era fuerte porque los movimientos de sus bocas estaban fuera de ser considerados como un beso igual a los anteriores; e intenso porque el alfa se había encargado de jalar cada uno de los belfos del omega y chuparlos a su antojo sin darle chance a siquiera respirar porque cuando el rubio abrió los labios para tratar de tomar un poco de aire la lengua del alto ingresó en su cavidad bucal empezando una batalla en la que Jimin no se molestó en querer ganar.

Había deseo porque habían estado reprimiendo las ganas de besarse y estar juntos de esa forma desde hace más de 4 años; había lujuria porque mirar la cintura y los labios del rubio le hacían pensar en cosas que no sería capaz de contar ni aunque una pistola le apuntara en la cabeza, porque así de pecaminoso era Jimin en su totalidad, y porque para este rubio mirar aquellos finos labios con aquel piercing adornando su labio inferior y sus tatuajes en su brazo le hacían querer hundirse en los primeros y ser apretado entre el segundo; y había pasión porque lo único que existía entre ellos era amor del más puro y de este solo podía surgir la pasión más pura y fuerte que podría existir, una pasión que crecía día a día y que se había extralimitado con cada minuto que pasaban juntos al punto que ahora la desbordaban sin ánimos de parar.

Era electrizante porque cada toque que daban en el contrario les mandaba una corriente por todo el cuerpo, una que no se detenía y crecía día a día, una que había aumentado cuando Jimin no dudó en subirse en el regazo del pelinegro y cuando Jungkook no dudó en poner sus manos en la cintura de su pareja y apretarla como si no existiera un mañana; era amoroso porque aunque era un beso así de intenso y rudo, era la prueba más pura de que el amor que se tenían no dejaba de aumentar y era más fuerte que años atrás; y era imperfecto porque eran la pieza del rompecabezas del otro, una pieza que encajaba perfectamente en el espacio contrario y que les hacía recordar que nunca se iban a soltar pues juntos eran uno solo, eran aquello que el mundo llamaba amor y que habían tenido el destino de conocer, porque el que la diosa luna los haya puesto como destinados sólo significaba una cosa, eran la prueba de amor más perfecta que pudo haber creado y eso, eso lo sabían más que bien, eran simplemente perfectamente imperfectos juntos.

Tiny Secret 💗 [kookmin au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora