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El gran lobo lo miró, su cola se agitaba ante la vista del conejo con las orejas gachas, con su rostro totalmente rojo, su pequeño pene medianamente duro mientras sus sabanas estaban cubiertas de semen y sudor.

Vio el cuerpo desnudo cubierto de pelaje y pecas, una sonrisa traviesa se sentó en su rostro mientras el miembro en sus pantalones se endurecía rápidamente.

— ¿Qué hacías, Deku? — Susurró sonriendo. Su voz grave y gruesa, hizo la cola de Izuku agitarse.

— Me preparaba. — Murmuró un poco avergonzado, pero sin las energías suficientes como para discutir.

— ¿Para mí? — Su cola se agitó aún más, se encorvó para quedar a la altura de Izuku y su mano empezó a acariciar el pezón descubierto de este, logrando sacar un pequeño chillido.

— Solo para ti. — Murmuró cerrando los ojos, su rostro totalmente sonrojado mientras su cola esponjosa se contorneaba.

El toque de Katsuki sobre él era emocionante, se sentía mucho mejor que cuando él se tocaba solo. Su pequeño pene empezó a endurecerse nuevamente, su nariz se agitaba junto a su cola, su pecho se agitaba a gran velocidad.

Katsuki se sentó en la cama frente a él y sobre los rastros de masturbación, sus pantalones ahora cubiertos de semen fresco del pequeño conejo verdoso.

Se quitó la camiseta mostrando al descubierto su abdomen lleno de músculos, sus pezones rosados y su pelaje tan rubio como su cabello, cejas y pestañas. Se acercó a Izuku y lo besó, la boca se abría, sus lenguas se juntaron mezclando su saliva entre sí.

Katsuki empujó a Izuku para caer acostados sobre las sábanas blancas, el pene de Izuku caía hacia atrás goteando liquido preseminal junto a pequeños rastros de semen blanquecino anterior.

El cenizo empezó a bajar, besos cubrían el cuello de Izuku, su clavícula, su pecho, sus suaves y duros pezones rosados. Se desabrochó el pantalón, lo bajó junto a la ropa interior liberando a su gran y grueso pene de su jaula.

— Vine a verte. — Susurró entre besos en su piel. — Grité por ti y no abrías la puerta.

Su palma afelpada se sostuvo del pequeño pene de Izuku y empezó a bombear suavemente, aumentando la excitación.

— Puse mi oído canino en la puerta y te oí gemir. — Su lengua caliente bajó a la base del pene y subió por su abdomen. — Creí que cogías con alguien más.

— So-Solo con Kacchan... — Gimió.

Katsuki gruñó contento, su lengua subió por el abdomen de Izuku hasta sus pezones en donde empezó a morder y juguetear.

Otra de su mano bajó hasta su propio miembro el cual estaba húmedo, goteando liquido preseminal. Empezó a tocarse de lleno, los gemidos de Izuku hacían su pene contraerse de felicidad.

— Cuando entré para matar al idiota que te follaba y encontré tocándote fue lo mejor. — Susurró. — Tócate para mí.

Izuku cumplió, se puso en cuatro sobre la cama, el trasero expuesto a Katsuki quien se masturbaba con aquella gran vista.

El pecoso metió sus dedos ya previamente ensalivados ya que no quería romper el momento e ir por vaselina, los metió y empezó a moverlos de dentro hacia afuera con rapidez.

Sus gemidos llenaban la habitación, Katsuki estaba totalmente complacido pero insatisfecho.

Se levantó ubicándose detrás de Izuku, puso su abdomen sobre la espalda del pecoso y su afelpada pata empezó a bombear el pequeño pene.

Izuku no pudo estar más feliz.

Sus gemidos aumentaron, podía sentir el duro miembro de Katsuki contra sus glúteos, era tan grande, tan exquisito.

Ya me volví furro ||BKDK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora