Su interior se sentía extraño, su miembro palpitaba y se mojaba, pero no podía tocarse, no con todos sus compañeros de clase mirándolo.
— ¿Estás bien, Deku-kun? — preguntó Uraraka, con preocupación en su voz.
Claro que no lo estaba. Su interior vibraba, deseando gritar, gemir y suplicar que alguien lo ayudara a liberarse de la tensión que lo consumía.
— Claro que está bien, largo — demandó Katsuki con furia, sus ojos lanzando dagas.
— Deku-kun puede hablar, Bakugo-kun — respondió Uraraka con ira, sin amedrentarse.
La castaña se acercó, y puso una mano en el hombro de Izuku, haciendo que este saltara en su lugar.
— Lo siento, Uraraka-san, hablaremos más tarde — murmuró Izuku, tratando de mantener la compostura.
Katsuki, aparentemente triunfante, puso su brazo alrededor de los hombros de Izuku y lo guio hacia el elevador. Mientras se dirigían al ascensor, Katsuki apretó suavemente el hombro de Izuku, su toque firme transmitiendo tanto posesión como un extraño consuelo.
—— Me jode esa Gordaraka — mencionó Katsuki, sacando de su bolsillo un control remoto color rosa.
— Ella... ella es mi amiga, Kacchan — respondió Izuku, su voz temblando ligeramente.
— ¿Solo tu amiga? — gruñó Katsuki, presionando un botón del control. Un pequeño ruido se hizo más fuerte, resonando en el ascensor.
Izuku cayó de rodillas rápidamente, su cuerpo temblando mientras el ascensor permanecía estático. Gimió suavemente, y su mano se dirigió instintivamente a su propia entrepierna.
— Ni lo sueñes, conejito — murmuró Katsuki, agachándose a su lado y deteniendo su mano. — Aún no tienes permitido tocarte a ti mismo.
Los ojos de Izuku se llenaron de deseo y frustración, mientras el control en las manos de Katsuki dictaba el ritmo de sus sensaciones. El aire en el ascensor estaba cargado de tensión, cada segundo aumentando la intensidad del momento.
Subió aún más, tocando un botón en el control rosado, Izuku estaba temblando, su entrepierna pedía a gritos ser tocada, gemidos y jadeos se escapaban de su boca.
— Ka-Kacchan... — Giró con fuerza mientras su interior vibraba.
Katsuki sonrió, se agachó a la altura de Izuku y empezó a tocar su necesitada entrepierna, su duro pene manchaba sus pantalones, gemía con gracia, saliva caía de la comisura de sus labios, su rostro rojo como rubí.
— ¿Ella es solo tu amiga?
— Solo una amiga.
— ¿Te gustan las chicas? — insistió Katsuki, su voz baja y cargada de posesión.
Una mano repleta de pelaje rubio se deslizó hasta el cuello de Izuku, sintiendo sus latidos acelerados y la manzana de Adán moverse con cada respiración temblorosa.
— Solo me gusta Kacchan — gimió Izuku con fuerza, su voz entrecortada por la intensidad de sus sentimientos y sensaciones.
Katsuki sonrió, satisfecho con la respuesta. Sus dedos se apretaron ligeramente en el cuello de Izuku, una mezcla de ternura y dominio en su toque. La cercanía entre ambos hacía que el aire pareciera vibrar, cargado de una tensión que solo ellos podían comprender.
Katsuki desabrochó sus pantalones y empezó a maniobrar el pequeño pene de Izuku entre sus manos, gemidos fuertes provenían de él.
Las orejas de Katsuki se movieron, un ruido se escuchó, alguien había llamado al ascensor.
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Ya me volví furro ||BKDK||
FanfictionTras una patrulla fallida, Katsuki e Izuku son afectados por un Quirk que los transforma en híbridos de animales. Se odian; odian su nueva condición. Sin embargo, los instintos animales son tan poderosos que al percibir el olor del otro, solo desean...