El sudor caía por su frente y por su cuello cayendo delicadamente hacia su clavícula expuesta, su espalda se arqueaba mientras su duro miembro rozaba con fuerza las suaves sabanas debajo suyo.
Sus largas orejas caían hacia los costados, su boca era apaciguada por unos gruesos dedos que entraban y salían de esta, su saliva caía por la comisura de sus labios mientras sus ojos formaban hermosas lagrimas que combinaban con su hermoso sonrojo, mientras sus pecas hacían resaltar su excitante belleza.
Ahí, con su trasero totalmente expuesto y su pecho contra almohadas, sus manos yacían amarradas con gruesas cuerdas de algodón color rosado, amarrado junto a su torso, pasando por sus pectorales y costillas, preciosas pinzas descansaban sobre sus pezones mientras gemía y suplicaba por más.
El mayor, que embestía con brutalidad desde atrás sonreía gustoso, un tenue rostro rosado cursaba sus mejillas mientras el sudor pasaba desde su nuca, deslizándose por su espina dorsal hasta la espalda baja donde se encontraba su cola color rubio cenizo agitándose con fuerza.
Sus orejas estaban atentas a cualquier ruido proveniente del más pequeño que gemía y suplicaba.
— Kacchan, Kacchan.
Los dedos en su boca bajaron dejando un rastro de saliva por su cuello, clavícula, pectorales y abdominales, bajando lentamente hasta el duro y pequeño miembro expuesto.
Lo tomó entre sus manos y lo empezó a acariciar con fuerza junto a las embestidas que proporcionaba.
Gruñía, el pequeño y rosado agujero lo apretaba deliciosamente, las embestidas cada vez más rápidas lo tenían al borde.
— I-Izuku. — Tartamudeó mientras con una última embestida ambos se corrieron al unísono.
El mencionado aun jadeando, con su rostro nublado en lujuria miró sobre su hombro al hombre hibrido que aún permanecía dentro suyo.
Con cuidado empezó a retirar las cuerdas y pinzas del cuerpo ajeno aun estando dentro suyo, dejando besos en sus hombros y nuca, sacudiendo sus hermosos rizos verdosos.
De pronto, sus ojos se abrieron con fuerza, algo extraño le revolvía las entrañas, algo crecía en su interior, dolía.
-—Ka-Kacchan. — Llamó con pánico en su tono de voz.
EL rubio estaba igual de shockeado, intentó salir del trasero pecoso, pero no podía, su miembro estaba totalmente atorado.
Al observar el pánico reflejado en los profundos iris esmeralda, actuó según su criterio.
— Tranquilo, Deku — susurró, deslizando tranquilamente los dedos en círculos sobre la espalda baja del joven pecoso —. Voy a llamar a la anciana.
Con un movimiento de cabeza le indicó a Izuku pasarle el teléfono que se encontraba a poca distancia suya, sus manos temblorosas lo asustaron. Tomó con éxito el teléfono y se lo acercó al cenizo quien seguía sobre él, y dentro de él.
Katsuki vio el temor en los ojos contrarios, junto a pequeñas lagrimas que no eran de placer, lo que lo hizo preocupar aún más, con un ritmo preciso frotó círculos en el pecoso mientras marcaba a la enfermera de la escuela.
— ¿Diga?
— Anciana.
— Ah, Katsuki, colgaré.
El nombrado abrió los ojos de golpe, su expresión reflejando sorpresa y confusión. Antes de que pudiera protestar, otra voz se escuchó al otro lado de la línea.
— Recovery Girl. — Izuku habló con un tono tembloroso, su voz al borde de quebrarse en cualquier momento. — Ayúdenos, por favor.
— Oh Izuku, claro, cariño. ¿Qué necesitas?
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Ya me volví furro ||BKDK||
FanfictionTras una patrulla fallida, Katsuki e Izuku son afectados por un Quirk que los transforma en híbridos de animales. Se odian; odian su nueva condición. Sin embargo, los instintos animales son tan poderosos que al percibir el olor del otro, solo desean...