Fue acorralado contra la pared mientras los labios del otro seguían expresando los suyos, sintió como una mano subía desde su cadera hacia su cintura por encima de la ropa.
Jadeó audiblemente mientras el otro le robaba el aliento, sonriendo tan malditamente sexy como siempre lo hacía.
Al separarse por un poco de aliento, vio esos rubíes mirarlo con cariño y determinación, cerró los ojos mientras sentía la otra mano recorrer alrededor de su garganta, arqueó la espalda contra la pared sintiendo el cuerpo contrario pegado a él.
— Nadie podría comprarse jamás contigo, pecas. — Susurró en esa voz ronca envuelta en lujuria.
Un pequeño gemido se escapó de sus labios al oír aquella voz susurrar junto a su oído, como el aliento jugaba con su sistema nervioso haciendo sus vellos erizarse.
Sintió unos labios contra su manzana de adán, volvió a gemir para luego sentir una lengua caliente y resbaladiza empezar a merodear alrededor de su cuello expuesto.
Abrió sus ojos para ver los ojos tan rojos como sangre, devorarlo con la mirada en una sonrisa engreída llena de pura satisfacción.
Su cuerpo se sentía de gelatina, sus piernas temblaban, sus manos se sujetaron con fuerza a la camiseta contraria como si fuera su salvavidas.
— Ka-Kacchan-... — Jadeó.
Sus cuerpos se apretaron aún más junto al otro, sus miembros duros contra los muslos contrarios, los toques los hacen tartamudear, su aliento salía entrecortado y jadeaban tan fuerte como si hubieran corrido una maratón.
Izuku sintió la mano debajo de las telas, sintiendo su caliente y callosa mano sobre su cadera, con suaves toques que lo hacían derretirse y gemir.
Otra mano pasó suavemente con caricias desde su clavícula lentamente hacia abajo, todo su sistema nervioso estaba gritando, su piel se estremecía, temblaba bajo su toque.
No era nada a comparación de cuando sentía sus garras y su afelpada pata sobre él, sentir sus manos con callos, sus manos calientes lo hacían viajar hasta las nubes.
La mano siguió viajando hasta llegar hasta el bulto creciente en sus pantalones, el roce de aquella mano contra su miembro despierto, lo estremeció mientras sus ojos se voltearon hacia arriba.
Vio el techo del gimnasio, vio las grandes puertas a unos pasos de ellos.
Había olvidado que estaba en un lugar prácticamente público, toda su emoción se drenó en un instante.
— Para, Kacchan. — Dijo firme, sujetando los hombros del nombrado y alejándose unos centímetros de él.
Katsuki parecía confundido y dolido, ¿Había hecho algo mal? Se supone que ambos querían esto, ambos se querían y podían admitirlo abiertamente, ya han tenido sexo antes, ¿Qué está mal ahora?
— Yo-... Yo no puedo. — Murmuró mientras su cuerpo se sonrojaba notablemente. — Aquí no.
— Mi habitaci-
— No, Kacchan.
La ira empezó a sumergir desde el interior de Katsuki, pero se contuvo de gritar, recién se habían reconciliado como para arruinar su humillación al disculparse.
— Así no se supone que funcionan las cosas, Kacchan. — Volvió a murmurar mientras empezaba a levantar la voz. - No se supone que te disculpas y luego follas a la persona como si el dolor se hubiera esfumado en un abrir y cerrar de ojos.
— ¿No fue así acaso? — Preguntó mientras su ceño se profundizaba.
Esto era una mierda, él lo había besado primero después de disculparse. ¿Y ahora no podía follárselo? ¿Qué mierda?
— Ni siquiera somos novios, Kacchan. No hubo citas, no me pediste ser tu novio, yo-... —Suspiró. — No volveré a irme a la cama con alguien que realmente no me quiera, y para realmente quererme, debe demostrarlo, no solo tocarme como si no hubiera pasado nada, como si nos quisiéramos como debería.
— Eso es una mierda. — Refutó, casi enojado.
— Entonces iré a que alguien que realmente me quiera, pueda follarme. Hasta luego, Kacchan. — Dijo mientras se arreglaba la ropa y caminaba hasta la salida del gimnasio.
La ira dentro de Katsuki aumentó, sus puños se cerraron con fuerza junto a sus costados, logrando que los nudillos se pusieran blancos por la fuerza, sus uñas se clavaban en la piel de las palmas mientras humo salía de los costados de estas.
Imaginó a cualquiera llevando a la cama a Izuku, colocando su hermosa piel lechosa cubierta de motas y lunares marrones, besando sus hermosos, suaves y deliciosos labios, viendo sus preciosos ojos color esmeralda mientras la saliva caía por la comisura de sus labios al ser embestido por cualquier jodido extra.
No lo iba a permitir.
Izuku es un pequeño manjar que solo disgusta él, ningún extra, ningún jodido Kirishima que lo deja pasar la noche en su cuarto a solas, ningún jodido Todoroki que siempre parece chicle pegado al pecoso, ninguna jodida Uraraka quien siempre parecía flotar a su alrededor como una nube.
Vio a Izuku salir, inhaló y exhaló para ir también hacia la salida.
— Espera, ¿Quieres? — Preguntó con toda la fuerza de voluntad que podía adquirir en ese momento.
El pecoso lo miró por encima del hombro mientras se detenía, su mirada se veía lejana, sus ojos tan verdes como esmeraldas se veían opacos, como si la oscuridad hubiera aparcado en el gran bosque de sus ojos.
— Vamos al cine esta noche, hay una película que sigue en cartelera. — Sus mejillas se entintaron en rosa mientras desviaba la mirada. — Es de All Might con su traje de era de bronce.
Izuku se volteó por completo, cara a cara. Katsuki alzó su mirada y vio los ojos más brillantes que había visto hasta ahora, les recordaba a aquellos ojos que lo adoraban de pequeños, cuando eran amigos inseparables, cuando ambos querían ser como su héroe favorito.
Su corazón se apretó, su aliento se cortó y las mariposas revoloteaban con fuerza en su estómago, se sentía enfermo, pero extrañamente bien al solo ver aquellos ojos verdes que siempre lo han mirado.
Que siempre lo había mirado.
— Me encantaría ir contigo, Kacchan. — Sonrió cerrando los ojos.
Sus mejillas espolvoreadas de pecas se arrugaron en una sonrisa que llegó hasta sus ojos, cerrándolos de paso, y Katsuki no podría estar más encantado con aquella imagen frente a sus ojos.
¿Por qué? No tenía ni puta idea. ¿Amor tal vez? ¿O es solo la emoción de volver a tener la oportunidad de volver a sentir la piel pecosa entre sus dedos? ¿Su piel contra la de él?
¿Realmente lo que sentía era lo que muchos llaman amor? ¿Tal vez era solo un simple flechazo?
No lo entendía, pero sabía que podría descubrirlo si realmente estuviera cerca del pecoso tal y como quiere, como desearía tenerlo.
Sus manos sudaban, sus mejillas se sentían calientes mientras el humo escurría entre sus dedos haciendo los ojos de Izuku abrirse en pánico.
— Kacch-
— Es una cita. — Dijo con toda su fuerza de voluntad, tragándose todo el poco orgullo que le quedaba. — Te esperaré a las ocho en punto en la entrada de los dormitorios, no llegues tarde.
A punto de voltearse y entrar al gimnasio nuevamente para dejar todo como estaba antes de irse a los dormitorios, Izuku habló.
— ¿No que a esa hora estás durmiendo, Kacchan? — Se burló sonriendo, con sus hermosos ojos verdes mirándolo fijamente.
— Hijo de puta, tienes suerte de ser adorable o te vuelo tu estúpida cara con pecas estúpidamente lindas-... — Murmuró para él mismo mientras entraba encorvado al gimnasio con las manos metidas en sus bolsillos.
Izuku, quien no escuchó sus arrebatos más que como gruñidos, sonrió una última vez antes de voltearse y volver a los dormitorios a ponerse bonito.
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Ya me volví furro ||BKDK||
FanfictionTras una patrulla fallida, Katsuki e Izuku son afectados por un Quirk que los transforma en híbridos de animales. Se odian; odian su nueva condición. Sin embargo, los instintos animales son tan poderosos que al percibir el olor del otro, solo desean...