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Izuku, al despertar, sintió un gran peso sobre su cuerpo. Lentamente, abrió sus ojos y se encontró con una melena de cabello rubio cenizo y unas orejas del mismo color acariciando su rostro.

De repente, los recuerdos de la noche anterior lo golpearon como un torrente: imágenes de embestidas salvajes, susurros apasionados, y dulces "te amo" intercambiados en medio del éxtasis. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras sus brazos se entrelazaban como podían alrededor del inconsciente cuerpo que descansaba sobre él.

— Tengo hambre — murmuró en voz baja para sí mismo.

— Te prepararé algo — respondió Katsuki, murmurando contra la piel de Izuku. Había estado despierto desde hacía un buen rato, disfrutando silenciosamente del contacto con el cuerpo ajeno bajo él.

Levantó su mirada y vio el cuerpo desnudo del pequeño conejo, lleno de mordidas y moratones hechos por besos suyos. Sonrió mientras el cuerpo contrario se sonrojaba furtivamente al tener tal intensa mirada sobre él.

Se levantó de la cama compartida y jaló al pequeño del brazo para que este también se levantara.

— No quiero — murmuró Izuku, aún medio adormilado.

— Apestas, Deku — respondió Katsuki con una mezcla de burla y afecto.

Con un movimiento ágil, lo tomó entre sus fuertes brazos y, como si fuera un costal, lo puso sobre su hombro. Caminó con firmeza hacia el baño de la habitación. Una vez allí, colocó a Izuku en la fría tina sin agua, provocando un ligero escalofrío en el chico. Katsuki comenzó a llenar la tina poco a poco, permitiendo que el agua templada envolviera lentamente a Izuku, mientras él permanecía a su lado, vigilando cada detalle con una mezcla de devoción y diversión.

El vapor del agua tibia empezó a calar por sus pieles, sus pelajes se humedecían aun sin sumergirse en el agua.

— ¿Cuánto tiempo crees que seguiremos siendo animales? — Preguntó Izuku mientras veía tranquilamente como el agua subía, sumergiendo sus patas y cola afelpadas.

— ¿Te molesta?

— A veces pienso que solo estás conmigo por mi olor, ahora para ti es irresistible, pero antes de todo esto... — Suspiró y se hundió más en el agua que subía. — Me odiabas...

Katsuki se sacudió el cabello con desesperación y también suspiró mientras veía al cuerpo de Izuku sumergirse en el agua tibia.

El agua ya había llegado al punto exacto y cerró la llave del agua, con tranquilidad hundió su propia mano en el agua mientras su cuerpo desnudo se encontraba fuera.

— No es de ahora. — Murmuró, podía jurar que su rostro se calentaba, su cola se movía tranquilamente de un lado a otro mientras evitaba a toda costa la mirada esmeralda. — Siempre ha estado ahí.

El de rizos verdes se sentó erguido e invitó al cenizo a entrar a la tina junto a él. El cenizo se levantó y entró a la tibia agua, sentándose detrás del pequeño conejo y abrazándolo desde el estómago.

— Kacchan...

— Me gustas, Dek- Izuku. — Hundió su rostro en los hermosos rizos verdes, sus orejas estaban caídas junto a las del más pequeño. — De verdad me gustas.

— Kaccha-

— Sé que no te merezco. Joder en ninguna forma te merezco, inclusive la Gordarraka te haría más feliz que yo. — Sus manos temblaban. — Sé que te rompí el corazón en este mismo lugar, en este mismo contexto... No quiero tu perdón, no soy capaz de soportarlo, menos aun sabiendo que lo harías de cualquier manera o inclusive ya me perdonaste.

Ya me volví furro ||BKDK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora