Las suaves patas afelpadas de Izuku abrocharon la correa de cuero rojo alrededor del cuello del lobo ceniza. Katsuki miraba con curiosidad y una chispa de emoción mientras Izuku se aseguraba de que la correa estuviera bien sujeta.
—Yo tomo el control en este round, ¿te parece? —dijo Izuku, su voz coqueta y llena de confianza.
La cola de Katsuki se movió automáticamente ante el tono juguetón del conejo, aún mientras su mente procesaba las opciones. La nueva dinámica lo intrigaba y lo hacía sentir una mezcla de nerviosismo y expectación.
—¿Me penetrarás? —preguntó Katsuki, su voz ligeramente temblorosa.
Izuku sonrió, una ternura evidente en sus ojos.
—No, Kacchan —respondió, acariciando suavemente la mejilla del lobo—. No haré nada para lo que no estés preparado.
Katsuki suspiró en alivio, sintiendo cómo la tensión se desvanecía de sus hombros.
— Entonces haz lo que quieras. — Sonrió, su cola se agitaba con entusiasmo mientras lucia un hermoso collar de cuero rojo en su cuello.
Vio como el pecoso se levantaba, tomaba una silla del escritorio y palmeaba para que el lobo se sentara, Katsuki captó la indirecta y se sentó.
Izuku lo besó en los labios, profundizando el contacto mientras tomaba las manos de Katsuki. Sus labios se movieron con ternura por el rostro del lobo ceniza, plantando besos suaves en su frente, mejillas y barbilla antes de llevar ambas manos detrás del respaldo de la cama.
—Kacchan tendrá prohibido moverse —anunció Izuku, su voz suave pero firme.
—Maldita sea —murmuró Katsuki, una mezcla de frustración y expectación en su tono.
Izuku sonrió ante la reacción de Katsuki, sacando una cuerda de algodón rosada de entre los juguetes que habían acumulado. Con movimientos decididos y cuidadosos, ató las manos de Katsuki detrás del respaldo de la cama, asegurándose de que el nudo fuera firme pero no demasiado apretado.
—Quería cubrir tus ojos, pero siento que te excitará más ver —susurró Izuku, su aliento cálido acariciando los oídos caninos de Katsuki, que seguían cada uno de sus movimientos.
— Eres un sádico.
— Gracias, Kacchan.
Izuku se alejó, a plena vista de Katsuki este se desprendió de sus ropas, su pene medio duro junto a un trasero aun mojado por el anterior juego se lograba apreciar.
Su pecosa piel llena de pelaje verdoso era excitante, sus grandes orejas estaban alzadas y su cola se agitaba preciosamente.
Al tan solo aquella vista, el pene flácido de Katsuki se convirtió en roca solida.
Izuku se agachó, puso su cara entre el duro bulto en los pantalones ajenos y con los dientes empezó a bajar la cremallera dejando al descubierto la ropa interior con una agradable mancha en ella.
— Mi ropa interior no dura contigo, joder.
Empezó a lamer por encima de la prenda, el miembro a su toque reaccionó, la cabeza de Katsuki cayó hacia atrás.
Izuku se levantó con un gemido irritado de Katsuki en la silla.
— No me dejes colgado. — Murmuró con tristeza al haber sido excitado y dejado.
—Si sigues hablando, te pondré una mordaza —dijo Izuku, mostrando una mordaza con una bola rosa en ella.
Katsuki levantó una ceja, sorprendido pero intrigado.
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Ya me volví furro ||BKDK||
FanfictionTras una patrulla fallida, Katsuki e Izuku son afectados por un Quirk que los transforma en híbridos de animales. Se odian; odian su nueva condición. Sin embargo, los instintos animales son tan poderosos que al percibir el olor del otro, solo desean...