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Izuku llegó a sus dormitorios con el corazón martillando en su caja torácica, sus mejillas ardían y sus pupilas estaban dilatadas de emoción.

¡Tendría su primera cita con Katsuki!

Por desgracia para él, no tenía idea que ropa usar, y tan solo quedaban ya pocas horas para aquel encuentro tan inesperado. Suspirando derrotado recordó a alguien que creía él, sería la segunda persona mejor a la moda, después de Katsuki, obvio.

Sólo que había un pequeño inconveniente, y es el poder mirarla a los ojos luego de aquel fatídico día.

Exhaló con nerviosismo y marcó en su celular el número que necesitaba, el primer timbre sonó e inmediatamente se escuchó la voz de aquella persona a través de la llamada.

— ¡Mido! Que sorpresa, ¿Necesitas algo, cariño? — Se escuchó desde la otra línea con una voz enérgica.

— Mi-Mina, hey, em-... — Su voz sonaba quebrada.

— ¿Es Bakugo? ¿Quieres el amarre? ¿Lo matamos o algo? Creo que Kirishima estaría en contra ya que no es algo muy masculino, pero estoy segura de que Todoroki ayudaría.

— Necesito ayuda para vestirme. — Susurró. — Tengo-... Tengo una cita hoy y no sé qué usar.

Desde el otro lado se escuchó un audible y agudo chillido, parecía un animal atropellado o una vaca en celo.

— ¡Iré para allá! — Gritó emocionada.

La sangre del rostro de Izuku se drenó, su pulso creció y sentía enormes ganas de vomitar en ese mismo momento.

— ¡No! — Gritó de vuelta. — Lo siento, Mina. No creo poder verte a los ojos luego de ese día...

— Debo admitir que ahora soy furra al no desagradar ver aquella escena digna de película porno.

— ¡Mina! — Chilló avergonzado, la sangre volvió en toneladas industriales hacia su rostro convirtiéndolo en una preciosa fresa madura.

— Iré enseguida, cariño. — Cortó.

Un suave puchero se sentó en su rostro mientras buscaba a tientas un espejo de cuerpo completo escondido en su baño.

A los pocos minutos sintió pequeños golpes apresurados en su puerta, fue a abrir y vio a Mina jadeando con las manos apoyadas en sus rodillas, su rostro sonrojado y una sonrisa torcida en este.

— ¿Corriste? — Preguntó con los ojos bien abiertos al ver a su amiga y compañera héroe en ese estado.

— Era una emergencia, lindura. — Decía enderezándose aun con su pecho subiendo y bajando rápidamente. — Ahora, desnúdate.

El rostro de Izuku se convirtió en un tomate maduro, listo para el consumo al escuchar aquella palabra proveniente de alguien ajeno a Katsuki.

Mina sonrió.

— Tranquilo, no me gustas de esa manera, no me llamo Bakugo. — El rostro de Izuku se enrojeció aún más mientras escondía su rostro en una extraña mezcla de sus brazos. — Date una ducha mientras elijo la ropa perfecta, luego te peinaré y maquillaré, de esta cita no sales con el trasero libre.

Izuku corrió a su baño a esconder aún más su rostro, con profundas respiraciones se empezó a desnudar, entró a la ducha abriendo la corriente de agua, sumergiéndose por completo en el agua refrescante que lo empapaba.

Sus hombros se relajaron mientras gotas de agua caían desde sus salvajes rizos hasta la punta de sus pies, la tensión del día se evaporaba junto al vapor creciente del agua tibia entre sus dedos.

Ya me volví furro ||BKDK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora