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Lo sujetó del brazo sin pensarlo dos veces, ¿Qué demonios le pasaba en la cabeza?

Simplemente pudo volver a irse en cuanto lo vio, o dejar que se fuera en cuanto hablaron, pero dejarlo ir no se sentía correcto.

Nada de lo que hacía se sentía correcto.

Su mano se sentía caliente bajo el toque del antebrazo del más bajo, su corazón palpitaba furiosamente dentro de su caja torácica, pero no entendía por qué.

Era Deku.

Solo Deku.

Con sus ojos pegados a los contrarios vio como existían distintos tonos de verde dentro de esos iris que llevaba, sus pecas resplandecían como las estrellas en una noche oscura.

— Si solo me vas a mirar como un enfermo, me iré, Kacchan. — Susurró al estar tan cerca uno del otro, aburrido de solo ser observado como una estúpida presa.

Katsuki sacudió su cabeza lentamente intentando volver en sí, necesitaba hacer algo, hacer algo se sentía correcto.

Estar cerca de Izuku se sentía correcto, se sentía bien.

Verlo desde lejos, verlo rodeado de otras personas lo hacían sentir incómodo de una forma que no entendía, pero quería entender.

— Yo-... — Soltó el agarre en Izuku, sus ojos se clavaron en el piso, observando los tenis rojos que el otro traía consigo, los mismo que ha usado desde hace años. — Es difícil, ¿Si?

Izuku lo miró con curiosidad, pues es casi nula la posibilidad de ver a Katsuki en ese estado tan vulnerable, casi sintió culpa al verlo así, palabra clave: Casi.

— Si es tan complicado para ti, entonces-...

— Joder que lo es. — Mencionó interrumpiendo mientras clavaba su mirada nuevamente ante aquellos ojos tan verdes como esmeraldas.

Sus manos sudaban, los ojos verdes lo miraban con intensidad inexplicable que hacía su corazón tartamudear, bajó su mirada a aquellos rosados y carnosos labios que eran mordidos por ligeramente por su portador, tal vez para evitar murmurar, no lo sabía.

Recordó esos labios pegados a los suyos, lo suaves que eran, su deliciosos sabor, como la saliva caía cada vez que gemía ante sus estocadas cada vez que follaban.

Su mirada bajó aún más hacia su cuello, sus clavículas, recordando vivamente como eran cubiertos por mordidas salvajes llenas de saliva, besos que hacen tartamudear dejando sin aliento a ambos, como su manzana de adán subía y bajaba cada vez que gemía, cada vez que tragaba.

Necesitaba ese calor nuevamente sobre él, y estaba al cien por ciento seguro de que no se trataba de sus hormonas de lobo estreñido.

— Lo siento. — Susurró mientras sus puños se cerraban con fuerza hacia sus costados, mientras sus ceño se profundizaba aún más. - Lo siento por todo.

— ¿Por todo? — Preguntó en un suspiro entrecortado mientras sus manos subían hacia su boca para cubrirla, no podía creer lo que estaba presenciando frente a él.

No podía creer que, frente a él, el mismísimo Katsuki Bakugo se encontraba disculpándose por primera vez en toda su vida, y frente a él.

A él.

— Joder-... — Inhaló y exhaló exasperado. — Por todo, lo de niños, la escuela media, mis arrebatos en UA, por... Por usarte siendo híbridos, solo buscaba sexo en ese estado y bueno... Tu...

Las manos de Izuku bajaron a su propio cuello, su mirada buscó a todas partes menos hacia el rubio, pequeñas lágrimas amenazaron con salir mientras cristales de estos se ubicaban en la pestañas.

Ya me volví furro ||BKDK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora