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Las clases habían iniciado y eran impartidas por Aizawa, quien les estaba dando las reglas para un nuevo "juego" con sus poderes. Los alumnos estaban entusiasmados, pues, aunque se trataba de un simple juego, prometía ser más intenso y divertido que aquellas agotadoras jornadas de entrenamiento de peculiaridades en las que acababan casi muertos de cansancio.

— Vayan a cambiarse, los espero en Beta. — Dijo el maestro, antes de volver a meterse en su gran saco de dormir amarillo.

Con entusiasmo, todos se dirigieron a los vestidores. La emoción se sentía en el aire mientras los alumnos se preparaban para la actividad.

— ¡Midoriya, te ves tan masculino como un conejo! — Gritó Kirishima con alegría, seguido por Kaminari, quien reía a carcajadas a sus espaldas.

— Gracias. — Murmuró Izuku, con un tenue sonrojo en sus mejillas. Sus ojos se dirigieron hacia la gran espalda frente a él, observando la cola estática de Katsuki.

El vestuario estaba lleno de conversaciones animadas y risas, mientras todos se cambiaban rápidamente en sus trajes de héroe. Izuku no podía evitar sentirse un poco nervioso. A pesar de la aparente simplicidad del "juego", sabía que cualquier actividad con Aizawa implicaba un desafío, y la presencia de Katsuki, con su actitud siempre competitiva, sólo aumentaba su ansiedad.

— ¡Midoriya! ¿Tienes pelo en todo tu cuerpo? ¿Puedo tocar tu cola? — Preguntó Kaminari, sus ojos fijos en la esponjosa cola de Izuku, que se movía de un lado a otro.

— ¡Kaminari! — Gritó Kirishima a su lado, con tono de regaño. — ¡Sería una traición a la cola de Ojiro!

Ojiro, al escuchar su nombre, giró su cuerpo para ver qué ocurría. Kaminari, dándose cuenta de la situación, dio un salto y corrió hacia él.

— ¡Prometo nunca serle infiel a tu cola, Ojiro! — Exclamó, con una mano en el corazón y un tono dramático.

Ojiro solo sonrió, sin entender del todo la situación, pero divertido por las ocurrencias de su compañero.

El resto de los chicos solo rieron ante las payasadas de Kaminari y entraron a los vestuarios seleccionados.

— Espera a que se vayan todos. — Susurró Katsuki, sin voltearse a mirarlo.

Las grandes orejas de conejo de Izuku captaron cada palabra de la boca de Katsuki, y sus mejillas se entintaron de rojo mientras asentía en afirmación, aunque nadie lo mirara.

Con una mezcla de nerviosismo y anticipación, Izuku empezó a desvestirse. Quitó su camisa por encima de su cabeza, dejando al descubierto su nuca y cuello, que estaban visiblemente maltratados.

Sus brazos tenían marcas de manos, su cuello tenía moretones, mordidas en los hombros. Sus orejas cayeron hacia abajo mientras sentía el viento acariciar cada marca, mientras recordaba como las obtuvo.

— ¡Midoriya-Kun! — Gritó con asombro el presidente de la clase. — ¿Estuviste peleando? ¿Fue un villano? ¿Alertaste a Aizawa?

Pronto, todos los ojos estaban sobre él, la mayoría eran ojos preocupados, menos un par de ellos, que eran de suma complicidad.

— E-Estoy bien, fue un problema con un perro. — Murmuró la última parte, pero aun así el lobo en la habitación logró captar cada murmullo. — Creo que Aizawa ya está al tanto.

Su mirada se desvió totalmente en rojo puro, y con rapidez volvió a ponerse encima la prenda correspondiente mientras poco a poco la atención sobre él cesó.

Los ya cambiados empezaron a salir del vestuario.

— Vamos Midoriya, llegarás tarde. — Mencionó Tokoyami mientras salía de la habitación dejando a los híbridos de lobo y conejo totalmente solos.

Ya me volví furro ||BKDK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora