Ya me volví furro ||BKDK||

28.-

— Algo me dice que ya viste la película en su jodido estreno y por eso quisiste manosearme. — Dijo en voz baja y ronca mientras sus manos estaban unidas caminando por la acera.

— Me descubriste, lamento eso. — Dijo con un sonrojo creciente en su rostro.

Katsuki se paró frente a él, sosteniendo ambas manos mientras se agachaba para estar a la altura del más bajo, sus narices se rozaban, sus ojos clavados en los labios rosados y tan suaves de Izuku.

— Si realmente me molestara, no querría comerte la boca a besos ahora mismo. — Susurró mientras se acercaba cada vez más, sus labios se rozaban con cada palabra que salía de su boca, el aliento pegado al rostro de Izuku lo hizo temblar.

Izuku cerró los ojos preparado para lo que creía se vendría, pero sintió el aliento del más alto alejarse, abrió los ojos y lo único que vio fue una sonrisa de lado de parte de Katsuki, su postura era altanera.

— Quisieras. — Dijo. — Descontrólate cuando estemos en mi habitación, estamos en zona pública.

El sonrojo de Izuku se incrementó.

— No decías lo mismo cuando Minan nos vio follar. — Murmuró. — Me cuesta mirarla a los ojos desde entonces.

— Ya no soy un animal, Deku.

Con tranquilidad soltó una de sus manos para seguir caminando hasta los dormitorios.

— De seguro los idiotas están durmiendo. — Dijo para él mismo.

— Kacchan, son como las diez de la noche, no todos tienen su sueño reparador como tú. — Admitió mientras volteaba la mirada ante los ojos amenazadores que lo miraban.

Katsuki gruñó antes de caminar junto a Izuku de la mano hacia la entrada de los dormitorios, tomó el pomo de la puerta y con el mínimo ruido la abrió.

No quería que nadie lo fastidiara por el resto de la noche que aún le quedaba junto a su pecoso.

Metió levemente la cabeza, asomándose hacia dentro mientras veía unas muy pocas personas esparcidas, algunas comiendo, otras disfrutando de la televisión.

Y todos eran los más grandes chismosos y ruidosos de toda la jodida clase, tendría que entrar con toda la discreción del mundo.

— Súbete a mi espalda. — Susurró Katsuki.

— Kacchan. — Susurró de vuelta con un sonrojo en sus mejillas. — Si quieres pasar desapercibido y no te molesten, tú debes subirte a la mía, soy más rápido.

Las mejillas de Katsuki se enrojecieron y con fuerza gritó.

— ¡No pienso hacer esa estupidez encima tuyo!

Dándose cuenta del grito, giró la cabeza para ver como todos los ojos estaban posados en él, y luego en Izuku, con las mejillas teñidas de rosa en sus suaves pecas.

— Hablen de sus puercadas a puerta cerrada, niños depravados. — Dijo con ganas Kaminari mientras era mimado por su novio.

— Si niños depravados, después van a andar follando en la cocina y no quiero volver a ver eso, ni invitan. — Mencionó Mina a su lado.

— ¿Follar? ¿Cogieron en la cocina? ¡Comemos ahí! — Se escuchó en susurros y gritos de todas partes.

— ¡No es lo que creen! — Gritó con fuerza Izuku mientras su rostro se convertía en rojo furioso, sus manos volaban por su rostro intentando hacerse lo más pequeño posible.

— Es justo como crees, hubieron mamadas en los baños, folladas en los ascensores, tengo videos y pruebas, ahora no andes jodiendo y continua con tu repugnante vida, vírgenes de mierda que no aguantan nada. — Mencionó furioso Katsuki.