Han pasado cuatro días desde que no se nada de Alex, la extraño, y ahora me siento demasiado solitario en mi apartamento con el estúpido de Lucca tomando cerveza, agarro mi celular mientras pateo los pies de mi estúpido hermano menor para que los baje de la mesa ratonera frente a mi sofá y tecleo un whatsapp para Alex.
Hola ¿Cómo estás? ¿No te parece que cuatro días desaparecida es mucho?
Realmente me arrepiento de esas palabras al enviarlas, quedare como un maldito desesperado y ella se dará cuenta que no tengo vida, creo que mejor será ir a un bar esta noche...
-¿Cómo te va con ella?-pregunta mi hermano mientras mastica una porción de pizza sin despegar los ojos de la tele, frunzo el ceño, demasiada coordinación...
-Bien-respondo vagamente encogiéndome de hombros antes de sentarme en el sillón junto a él, le tiro un pedazo de pizza a Rex y este mueve la cola cuando la atrapa en el aire, mi celular vibra y lo reviso inmediatamente.
Muy mal, nadie me dijo que dirigir seis empresas iba a ser tan duro....
Definitivamente cuatro días es demasiado ¿Quieres venir?
Sonrió al teléfono sin saber que responder mientras ella permanece en línea.
-Yo cuido a tu perro ve a tirártela-miro mal a Lucca que está prácticamente sobre mi celular ¿En qué momento se acercó tanto?
-No leas mis mensajes-aparto su cara con una mano llena de aceite de pizza y este se limpia la cara, las manos y su asquerosa boca en mi sillón, en mi jodido favorito sillón.
-Vas a lamentarlo-tecleo una respuesta rápida antes de tirarme sobre mi hermano y enseñarle un poco de modales, tal vez una costilla rota arregle todo, le doy un gancho al hígado y este ríe mientras me empuja de una patada que iba destinada a mis huevos si no me movía a tiempo-golpe bajo-murmuro mientras busco mi celular en mi bolsillo.
-Dime que por lo menos te afeitas-dice Lucca mirando la foto de perfil de Alex, está en la playa con su amiga, con una hermosa biquini roja tomando alguna bebida en un ananá.
-¿Perdón?-le arrebato mi celular y sonríe.
-Hermano, ahora las mujeres no son las únicas que deben mantener todo en orden ahí abajo-me reprende señalando mi entrepierna-yo me afeito y créeme, lo aman-sonríe socarronamente y frunzo el ceño en un intento de no reír.
-Ese no es tu maldito problema-me quejo mientras junto las sobras-no voy a afeitarme, pica como los mil demonios.
-Porque tienes que afeitarlo a contrapelo-le doy una mirada de "me importa una mierda" mientras toma un trago de cerveza-tienes una caliente chica de dieciocho años ¿Y no te cuidas? Espero que este dispuesta a todo porque puedo enseñarle un par de cosas que...-lo silencio con un puñetazo en el hombro y este se queja adolorido mientras lo frota.
-No es tu problema, deja de hablar así de ella infeliz hijo de puta-Lucca gruñe con una sonrisa satisfecha.
-Compartimos la misma madre idiota, vamos Rex, luego habrá suficiente Alex para nosotros-no tengo tiempo de mandarlo al diablo porque ya se ha ido.
Me deshago de las sobras y junto los porrones que usamos para las cervezas, mañana tendré que llamar a alguien para que quiten esa mancha del sillón ¿Realmente le molestara el bello a Alex? Me doy un golpe mentalmente nunca le pregunte realmente ¡Ni siquiera yo me lo he cuestionado! creí que era suficiente con recortarlo un poco pero... maldigo a mi hermano por plantearme esta duda; miro a mi alrededor comprobando si el maldito idiota no está escondido por algún lado y estiro mis pantalones, no es largo, ni soy un hombre muy velludo... Lucca que te jodan.
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Mi Hombre.
RomanceAlexandra es una joven chica que definitivamente no cree en el amor, y mucho menos en los buenos hombres, o en las buenas personas. Su pasado la ha obligado a ser fuerte y ahora tras años sola se oculta bajo una actitud fuerte, desconfiada y dañina...