39. Alex.

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Cuarenta y cuatro días después de Bastian.


Entro a Maxi a su habitación agarrando su remera con puños cerrados, nos besamos con hambre y un cosquilleo recorre mi cuerpo completamente, de un salto envuelvo su cadera mientras nos tumba lentamente en la cama y saboreo el dulce sabor de sus carnosos labios, muerdo con suavidad y chupo con fuerza quitándole un gemido gutural que estremece cada fibra de mi cuerpo.

Arranco su remera con olor a cigarro liberando su escultural cuerpo, no logro resistir el impulso de morder su hombro en el transcurso mientras siento como sus manos se deslizan desde mis muslos a todo mi cuerpo entero para deshacerse del vestido, me da un leve empujón para que me recueste mientras sus ojos miel me devoran y muerdo mi labio, poco a poco desabrocha sus pantalones mostrando un ajustado bóxer azul, diviso en la tenue luz gris que entra desde la ventana lo que parece una cicatriz en su abdomen un inquietante sentimiento me recorre pero Maxi los calla con suaves besos.

-Eres hermosa Alex-murmura en mis labios antes de deshacerse de mi ropa interior.

-Tú no estás nada mal querido Maxi- lo empujo un poco dejándolo arrodillado en la cama y engancho mis pulgares en la elástica tela, de un tirón su excitación rebota fuera y mirándolo con cara de puta muerdo mi labio-y ya estás bien listo-meto su miembro en mi boca y chupo fuerte, paso un poco mi lengua por su longitud y gimo.

Maxi corre hasta su mesa de luz y revuelve rápidamente hasta dar con un preservativo, abre el paquete negro con sus dientes y se enfunda rápidamente para recostarse sobre mí , siento como su pene se frota en mi clítoris haciéndome retorcer sin piedad.

-Maxi por favor metelo.

-¿Lo quieres?-pregunta jugando conmigo, deja que solo la punta entre lentamente para sacarla de un tirón.

-Si-jadeo-solo metela...

Una fuerte embestida colapsa mi cuerpo, araño su espalda y beso su cuello, dejo de pensar en todo por un momento y dejo que las fuertes sensaciones me embriaguen.



-Cuéntame algo más de ti-me pide Maxi, yo suspiro pesadamente mientras dejo que mis parpados caigan por el sueño-Se que te llamas Alexanda Parks, tienes dieciocho Años lo cual me hace sentir un pedófilo-rio mientras acaricio su pecho formando pequeños círculos, si solo supiera.

-Maxi, a penas tienes veintitrés...

-Bueno está bien, también se que tu mama falleció cuando eras pequeña-asiento-y que Amber es tu única y mejor amiga-asiento-Pero siento que algo me falta...

-Falta mucho, pero no es importante, con el tiempo sabremos mas el uno del otro-miro sus ojos color miel-hagamos preguntas-ofrezco- ¿Cómo es tu apellido?

-Diaz-responde con una sonrisa-¿por qué eso es importante?

-Porque no quería dormir contigo sin saber tu apellido.

-Ya lo hiciste-se burla entre risas.

-No, yo tuve sexo contigo aun no dormimos.

-El otro día dormimos juntos-contraataca.

-No, el otro día me desmaye y dormimos muchos en una sola cama, no es lo mismo a dormir solos nosotros dos luego de tener sexo-Maxi suelta una pequeña risita y besa la corona de mi cabeza.

-Tienes razón princesa...



Cuarenta y cinco días después de Bastian.

Mi Hombre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora