10. Alexandra

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Siento un gusto feo y pastoso en la boca, Bastian me aprieta la mano y siento su piel hirviendo, estoy en una habitación de hospital, la luz daña mis ojos cuando los abro y veo a mi deplorable amiga llorar con los ojos hinchados mientras John la abrasa por detrás, sé que él también quiere llorar, pero detesta verse débil y mucho más frente a un hombre como Bastian.

-¿Dónde estoy?-pregunto sintiéndome mareada.

-Estas en el hospital Wesner Un CS. Alex ¿Cómo te sientes?-me dice Bastian tocando mi mejilla como si hubiera tenido un resfriado.

-Creo que...

-Estaba tan asustada-solloza Amber tirándose en mi pecho-¿Qué iba a pasar si no despertabas? ¡Debes ser más malditamente cuidadosa!-veo a Bastian moverse y tocar un botón rojo, John deja escapar una lagrima y lentamente acerco mi mano llena de cables para quitarla.

-Creía que se me iba a escapar el alma del cuerpo-susurra mirando mis ojos que tanto le recuerdan a ella.

-Estoy aquí-sonrió-estoy bien-el asiente y opta por una postura más profesional.

Los tres dirigen su mirada a la puerta cuando una enfermera entra abruptamente, sonríe al verme despierta y obliga a los chicos a retirarse mientras hace un chequeo, las ganas de ir al tocador me mataban pero tenía un catéter así que obligue a la enfermera a que lo quite ya que podía levantarme y no quería eso ahí, toda la habitación estaba llena de osos de peluche, flores, globos y había como ocho canastas de regalos empresariales, según la enfermera solo he pasado un día inconsciente así que llamara al doctor para que me ponga al tanto.

Bastian fue el primero en entrar cuando la enfermera se fue, estaba sentada en la cama y él se acercó a mí con una sonrisa.

-Me alegra que este bien.

-Gracias a ti-tomo su mano y sonríe-¿Quiénes eran los hombres que te acompañaban ayer?

-Mi primo Phil y mi hermano Marco-asiento y comienzo a preguntarme en qué clase de regalo podría ofrecerles, no los conozco bien así que seguramente necesite ayuda de Bastian.

-Me gustaría agradecerles de alguna forma.

-Mi papa te manda saludos-irrumpe Amber en la habitación-mira con ojos filosos a Bastian que está muy cerca de mí pero aun así sonríe-y mi madre dice que te cuides y que espera que te mejores.

Asiento porque es lo máximo que puedo esperar.

Mi amiga tampoco es muy apegada a sus padres, nosotras siempre fuimos nuestra familia desde que teníamos tres años y nos conocimos es una aburrida fiesta, mi madre nos consentía a las dos por igual, cuando ella murió todo a nuestro alrededor se derrumbó.

-Sé que es un mal momento para hablar sobre esto querida-me dice John-pero debo informarte que ganamos-sonríe, el aire se escapa de mis pulmones y busco  en la mirada de todos una respuesta.

-¿Cómo que ganamos?-John me da unos papeles los cuales dejo reposar en mi regazo y ciento que una lagrima se escapan.

-Alexandra Parks eres la total dueña de todos los bienes que heredaste por medio de la difunta Martha Parks, que dios la guarde-su vos se quiebra y tengo ganas de llorar-ya no más peleas, ya no tienes que tratar con tu padre, esto es tuyo querida-abraso a John quien ha luchado por mi sin fines de lucro desde que mama murió-Como me pediste le deje la mansión grande a tu padre y las dos empresas que el fusiono-asiento con la cabeza y el me extiende una pluma junto a otros papeles-una vez que firmes esto ya eres libre, lo prometo-asiento y sin leer firmo cada uno de los papeles.

-Gracias John.

-Sé que confías en mi querida y nunca te haría nada malo pero siempre lee un papel antes de firmar-me reprende y tengo ganas de reír, de llorar, de gritar.

Mi Hombre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora