Mi Hombre.

11. Alexandra

Le agrego un poco de Sal a crema que poco a poco va tomando el gusto de los Champiñones y el pollo, agrego en el agua hirviendo los sorrentinos y mi estómago ruje con hambre. Esto huele muy bien.

Mi plan era hacerle una buena sopa de verduras y pollo a Bastian, pero según él se sentía mejor y hace mucho que quería pastas, así que me dispuse a malcriarlo un poco mientras él está enfermo. Tengo una de sus remeras puestas como vestido y ando descalza por su cocina, ayer me quede a dormir para cuidarlo y aunque ese hombre me lo hizo imposible no tuvimos sexo, porque dios sabe que ese hombre está más caliente que el pecado y joder, anoche tuve que ayudar a quietarse su ropa tres veces mientras me seducía y verlo complemente desnudo ya que no es muy fanático de usar boxes en su casa me lo hizo casi imposible, pero fui completamente fría con respecto a eso y pude controlar a ese niño grande en su ataque de fiebre, miro la hora, son las tres de la tarde y ya ha dormido demasiado, me planteo la idea de llevarle la comida a la cama cuando escucho la puerta principal abrirse.

No sé por qué lo primero que atino es a agarrar el cuchillo con el que corte el pollo mientras me inclino en la isla para ver quien entro, tres hombres, tres pares de ojos mirándome sorprendidos.

-Hola-murmuro algo incomoda mientras su primo y dos hermanos entran tranquilamente.

-Así que optaste por cuidar bien a mi hermanito-sonríe Lucca mientras los dos mayores buscan a su alrededor.

-Bastian está descansando en el cuarto-digo sin hacer mucho caso al comentario de Lucca-si quieren pueden ir a despertarlo porque ha dormido demasiado.

-Phil ve a ver a Bastian, ese malcriado tiene que despertar en algún momento-le dice Marco, reviso la crema y le bajo al fuego mientras lo revuelvo lentamente.

-Huele muy bien-gime Lucca-¿Puedo probar?

-Adelante-le tiendo la cuchara y gime, sonrió complacida cuando llama a Marco para que pruebe también y admiro sus caras sorprendidas.

-No sabía que cocinabas-me encojo de hombros y apago el fuego de los sorrentinos para colarlos.

-Cuando era pequeña mi nana me decía que toda mujer debía saber cocinar, así que me enseño todos sus trucos y siempre me gustaba ayudarla-sonrió ante el recuerdo y tiro el agua caliente junto a la pasta en un colador.

-Venditas las mujeres que le enseñan a cocinar a las niñas-no puedo evitar reír y esto hace que unas gotitas de agua hirviendo caigan en mi muñeca, pero no importaba, eran unas gotitas.

-Pueden decirme que mierda hacen en mi casa-un frustrado Bastian baja con un simple pantalón holgado, sin remera mostrando sus perfectos abdominales y tuve que tomar toda la fuerza del mundo para no comérmelo con los ojos.

-Vinimos a almorzar contigo-le dice Lucca.

-Y nos mataras, pero luego de probar eso nos quedamos-Bastian los fulmina con la mirada a todos y Phil se acerca a mí, roba la cuchara de mis manos y prueba un sorrentinos untado con la salsa crema.

-Esta bueno, sería un buen almuerzo.

-¡Y una mierda!-les grita Bastian.

-No tuve la oportunidad-interrumpo-pero me gustaría agradecerles como es debido por haberme ayudado-digo nerviosa, Marco sonríe y asiente mientras Phil me clava los ojos, pensativo-estaba en un gran lio y espero no haberlos molestado demasiado, después les mandare un presente por medio de Bastian.

-No te preocupes, somos héroes por naturaleza-responde marco guiñándome uno de sus ojos azules.

-No tienes por qué darle nada a esos idiotas, preciosa-dice Bastian mientras intenta alejar a Lucca de la comida.

-Por lo menos es mi trabajo ayudar a Bastian-responde Phil-así que cualquier problema de él es problema mío-un escalofrío me recorre ante sus frías palabras pero no me dejo quebrantar fácilmente ante un tono más hostil y elevado.

-¡Mierda Bastian tu comiste suficiente anoche!-dice Lucca lo suficientemente fuerte como para poder escucharlo, todo se vuelve incomodo cuando miran mi ropa y se que parece que me he revolcado con Bastian toda la noche.

-Para tu información Lucca-digo usando mi voz afilada-tener sexo con fiebre es muy riesgoso para la salud, tu hermano estuvo toda la noche con fiebre y yo estoy aquí para cuidarlo-me giro sobre la punta de mis pies y Bastian parece bastante orgulloso de poder callar a su hermano.

-Ahora por tu culpa no tendremos pasta-lo golpea Marco-deja de meter tus narices donde no te incumbe.

-Por mí no hay problema en que se queden a almorzar respondo mientras cubro los sorrentinos para que no se enfríen.

-Pero conmigo si hay problema así que se van de mi casa y comen en un maldito restaurante-Bastian se deshace de ellos con vos autoritaria y no puedo evitar reír.

-Perdón por eso nena-me abrasa por la espalda y lo siento algo tibio, me pongo de puntitas y lo atraigo hacia mí para tocar su frente con mis labios.

-Tomate la temperatura mientras yo sirvo el almuerzo-le digo.

-Acabo de tomármela, tengo 37 grados, estoy bien-poco a poco se escabulle en mi cuello y deja una línea de Besos.

-Bastian...-lo reprendo con voz acusadora.

-Por favor, voy a explotar si seguimos así-acaricia mi pelvis con suaves masajes y volteo para verlo a los ojos.

-Yo también estoy sufriendo Bastian, pero la comida se enfriara y tu fiebre puede sufrir-con un movimiento agarra mi culo y enrollo mis piernas a su alrededor.

-Tengo un horno de Microondas y si muero, moriré jodidamente feliz.

Devoro sus labios sin poder esperar más y Bastian camina llevándome con él mientras aprieta fuertemente mi trasero, me deshago de la remera que tengo puesta mientras subimos las escaleras y  desabrocho mi brasier, realmente no creí que llegaríamos a la cama, pero aun así me recuesta en ella y se deshace de sus pantalones antes de que mis bragas también lo hagan, me recuesta sobre él y deja que poco a poco me frote en su  longitud, Bastian gime en mis labios y pellizca uno de mis pezones provocando que gima también, entonces con un movimiento me penetra tortuosamente lento, intento caer sobre el mientras me abro pero maneja mi cadera con sus manos.

-Puedo lastimarte preciosa-murmura roncamente, agarro sus manos con las mías quedando en mi lugar y las elevo sobre su cabeza, lavo sus labios y lo miro directamente a los ojos sintiéndome muy sensual y controladora.

-No, no puedes-entonces penetro toda su longitud rápidamente en mí y los dos gemimos.

-Mierda Alex ¿Estas bien?-sonrió en sus labios y comienzo a moverme en respuesta, primero lento y suave saboreando todo de sí, pero como siempre algo se apodera de nosotros, algo bestial y libidinoso que me obliga a querer más de él mientras se empuja más adentro sosteniendo mi trasero, entonces me penetra duro mientras lo monto y disfruta gloriosamente de mis pechos exitándome cada vez más, me inclina un poco hacia atrás para tener acceso a ese punto en mi entrepierna donde presiona levemente y estallo en un fuerte orgasmo mientras su boca absorbe mi gemido, Bastian me penetra más duro y fuerte, lo siento gruir y muerdo levemente su labio cuando lo siento derramarse en mí.

Entonces los dos terminamos exhaustos, jadeantes y completamente satisfechos en la cama.

-seguiría con ente raund de sexo pero la fiebre no te deja fuerzas para nada-mi estómago ruje y los dos reímos-a demás no quiero tenerte muerta de hambre.

-Creo que estoy satisfecha con lo que acabo de comerme.

Jugueteo un poco con su labio inferior y sonríe, ciento una extraña sensación de felicidad al verlo mientras sus labios se curvan y un suspiro se escapa de mis labios.

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Hola! Cómo están? Espero que les guste este muevo capitulo y lo disfruten.

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Saludos entre las sabanas...

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