—¿Qué mierda significa esto? —cuestiona el cenizo dejando de comer, su ceño está fruncido debido a lo que leía.
—"Esto", cariño, es tu acta de divorcio.
—¿Por qué me lo das tú? ¿Y Deku?
—Izuku no quiere verte. Está alistando sus cosas para irse, solo falta que firmes y así será libre.
Aquella información desconcierta a Katsuki, ¿irse? ¿por qué?
Pensaba que, si Izuku decidía tomarse un tiempo; él lo aceptaría, haría todo lo posible para cortejarlo nuevamente, ganarse su perdón y retomar a su feliz matrimonio.
Si Deku se iba, entonces no tendría opción de enmendar su desliz.
—¿A dónde se supone que irá?
—No tengo idea, pero apenas se haga público el divorcio, no tengo dudas de que tendrá muchos alfas que lo pretenden ofreciéndole un lugar donde vivir sin necesidad de recibir nada a cambio.
—No digas estupideces, Deku me ama.
—Presumes de lo mucho que te ama y no fuiste capaz de ser recíproco —se burla ella, luego suspira —Mira, no hay vuelta atrás, Izuku está devastado por la pérdida de su cachorro, firmar el divorcio es lo mínimo que puedes hacer por él.
—No —al instante la corta, no está dispuesto a dejar ir al omega, aquella respuesta solo enfurece a Mitsuki.
—Se lo firmas a las buenas, o a las malas. Porque sino yo misma convocaré un juicio para que se anule su matrimonio.
Katsuki tensa la mandíbula, al llevar todo a juicio, tendría que revelarse el trasfondo de la solicitud de divorcio.
Y si todos se enteran de que él engañó a Izuku con alguien que no era concubino suyo, sería visto como un alfa que no tiene autocontrol. Nadie quiere trabajar ni relacionarse con alguien así, sería destituido e incluso dado de baja por tiempo indefinido.
Sin Deku y sin trabajo, no le quedaba nada.
Accedió a regañadientes.
Firmaría, pero tenía que averiguar a dónde se iba Izuku y qué iba a hacer.
Sabe que de nada serviría preguntarle a los sirvientes, escoltas y omegas de compañía de la mansión, nadie le va a querer decir lo que Deku planeaba hacer.
De hecho, desde que todo ocurrió, han sido bastante secos a la hora de atenderlo, y no podía castigarlos ya que (además del dolor que aún sentía en su cuerpo) no le faltaron el respeto en ningún momento.
Incluso Eijirō presentó su carta de renuncia, así que ahora se iba no solo su esposo, sino también su mejor amigo.
No culpa a Eijirō por enfadarse con él, el pelirrojo le juró lealtad a Izuku cuando tenían apenas dieciséis años por haber ayudado a su padre con algunas deudas para evitar que sea enviado a prisión, por lo tanto, salvando a su familia de ser esclavos.
—Lo haré, lo firmaré, pero solo si puedo hablar con él. Dile eso.
Mitsuki sisea y se gira a observar a su escolta, ella entiende sin necesidad de palabra alguna así que sale para acatar la petición silenciosa.
•
—Ya no es necesario que siga teniendo eso, mi Lord —Izuku limpia sus labios con una servilleta, agradece y la mucama se retira llevando el carrito con los platos y cubiertos vacíos.
Shōto niega con una sonrisa ligera y deja de trazar los puntitos con su dedo índice.
—Tienes razón, no es necesario, pero quiero mantenerlo, es algo que de verdad me encanta —cierra el libro, dejándolo reposar sobre su regazo—. Además, no quiero que mis habilidades aprendidas sean en vano.
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Guía y nitidez [Tododeku]
FanfictionEn el momento en que revelaron su casta, todo se vino abajo. No podría comandar como un alfa, ni ser consorte como un omega. Era un simple e inútil beta. Rechazado por sus padres, burlado por el resto de nobles, e irrespetado por sus sirvientes, se...