Capítulo 32: En tus zapatos.

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—¿Qué harás, Shōto? —sonríe Izuku, inquieto por el hecho de que Shōto haya decidido repentinamente envolver sus ojos con una venda —¿Vas a secuestrarme? —Shōto chilla con un leve susto.

—N-no es así...

—Tranquilo, estoy bromeando, confío en ti —levanta la mano para intentar acariciar la mejilla del beta, aunque su palma termina en la nariz de él —Ups, lo siento —suelta una risa suave, encantando con ella al menor.

—No tienes que disculparte —Shōto toma aquella misma mano y la besa con ternura —Y me alegra oír que dices que confías en mí, porque de eso precisamente trata esta actividad.

—Oh... ¿En serio?

—Sí... Quise... invertir los papeles por un día, esta será nuestra cita de hoy.

—¿Cuidarás de mí como cuando yo cuidé de ti?

—Será nada en comparación a todo lo que tú hiciste por mí, pero quiero que seas más consciente de lo mucho que tus acciones han significado para alguien que, en su momento, no tuvo a nadie más para acompañarlo.

—Shō...

—Quiero hacer esto. Permíteme, por favor.

Izuku suspira rindiéndose y asiente.

—No puedo negarte nada.

—Me siento mal por el hecho de que me dé gusto que digas eso —se ruboriza el beta tomando su mano—. Primera actividad, a desayunar. ¿Qué quieres comer?

—¿Sabes cocinar, Shōto?

—No me cuestiones. Tú solo dime lo que quieres, yo haré hasta lo imposible por concedértelo.

El omega ríe alzando ambos brazos para rodear al más alto con ellos y ronronea.

—Entonces quiero soba.

—Pensé que escogerías katsudon.

—Tengo mis motivos para escoger soba.

—Izuku...

—Dijiste que me darías lo que quiero, quiero soba... frío.

—Bien, puedes esperar entonces. No vale que muevas un solo dedo, no lo permitiré, así que solo siéntate y espera.

—Así será entonces.

El beta entonces empuja a Izuku contra la cama y lo arropa dejando un beso en su frente antes de ir corriendo al piso inferior de la mansión, donde se encontraban las cocinas y Shinsō esperándolo en ellas, usando un mandil.

La sirvienta le extiende un delantal a Shōto, quien agradece y da la orden para empezar su clase de cocina.

Empezó una competencia silenciosa con Hitoshi, quien preparaba a su lado un bocadillo de nombre extrañamente extranjero para Lord Neito, pues esa noche se reunirían para quién sabe qué cosas hacer.

—Lo hacen muy bien, Lord Hitoshi, Lord Shōto —les sonríe la mucama—. Sus parejas son muy afortunadas de tenerlos, seguramente van a disfrutar de estos platillos.

Alfa y beta se ruborizan continuando con su labor con mucho más empeño.

Shōto fue el primero en acabar, acomodó los platos de soba, las guarniciones, las bebidas y los panes en la bandeja sobre el carrito para llevarlos hasta la habitación de Izuku.

Rechazó la ayuda de los sirvientes para subir las bandejas por las escaleras hasta los carritos de arriba, quería hacer todo solo, esforzarse por sí mismo para demostrar que era digno de Izuku.

Guía y nitidez [Tododeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora