Capítulo 28: El valor de las palabras.

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—¿Mi Lord? —cuestiona Izuku al encontrar a Shōto dándole la espalda, apoyado en la ventana, mirando el cielo nocturno. Estaba más apartado de la fiesta, que se volvió tensa por unos momentos antes de volver a animarse.

Según Hitoshi, tal y como lo pensó, los comentarios de Katsuki le afectaron.

—No soy tu Lord, soy Shōto, llámame Shōto.

Frunce el ceño, notando que algo no estaba bien con el beta.

Se horroriza cuando, al ponerse a su lado, lo encuentra con una botella de licor casi vacía en su mano.

Al instante se la quita y devuelve a un mayordomo que iba con las bandejas, después retorna su atención al bicolor.

Mira con seriedad a su amo, este recuesta su mentón entre sus brazos, admirando el cielo.

—Shōto, tú no tomas.

—Una vez al año no hace daño... —murmura.

—No, sí hace daño, puedes intoxicarte, tu cuerpo no está acostumbrado.

—No importa, estarás tú para cuidarme.

Izuku rueda los ojos pero le da la razón y se acomoda de la misma forma a su lado, recostando su cabeza sobre él, como usualmente hacen. Nota la ligera exaltación en el menor.

—No eres un reemplazo. Aún antes de divorciarme, yo ya te quería mucho, Shōto, me gustaba estar contigo, no soy tu amigo porque me sienta solo o busque en ti a Katsuki. Soy tu amigo porque de verdad quiero serlo.

—Lo sé —murmura—, pero tiene razón. E-estoy marcado. Esta cicatriz no va a desaparecer, no hay manera de retornar esto, solo me queda vivir con ella toda la vida y quedar tachado como un adefesio.

—Shōto, ya sé su origen, pero me gustaría preguntarte nuevamente y que te replantees la respuesta, ¿Cómo te hiciste esa marca?

—Quise... evitar que la princesa Momo saliera lastimada.

—Y si te dieran la opción de regresar en el tiempo, ¿lo harías otra vez?

Por supuesto que sí, su intención ha sido proteger a su amiga, y agradece haber sido él quien salió lastimado, no se imagina a la omega quedando con aquella marca y pasando por el dolor en toda su espalda durante días.

Prefería mil veces haberse quedado ciego a que ella tuviera las inseguridades que él tiene ahora.

—¿Te arrepientes de haber salvado a la princesa?

—No... —susurra, percatándose de que, aunque consideró una maldición haber quedado invidente y ahora debía soportar verse en el espejo todos los días, jamás se arrepintió de haber priorizado a su mejor amiga.

Observa a Izuku como si hubiera hecho el descubrimiento de su vida, el omega sonríe levantando sus mano para acariciar su rostro.

Cierra los ojos cuando el pulgar de Izuku acaricia y contornea la marca rojiza.

—Esta marca, es muy valiosa, es símbolo de amistad, gratitud y cuidado que sientes por la princesa. No quiero que te acomplejes por ella, porque para quienes conocemos el contexto y su historia, nos parece la más hermosa de las marcas —le sonríe.

Shōto abre los ojos, brillan con intensidad debido a la nueva perspectiva que Izuku le dio a notar.

—Todo en usted es hermoso y digno de admirar, es leal como nadie, una virtud de la que hoy muchos carecen. Siéntase orgulloso de ella, y jamás vuelva a decir que es un adefesio, yo no lo veo así.

Shōto entonces avanza hacia él y lo rodea con sus brazos, Izuku se limita a dar algunas palmadas en su espalda.

—No más sentirse inferior por ser beta, ni por tener esa cicatriz, ¿de acuerdo?

Guía y nitidez [Tododeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora