Capítulo 5: El camino de Izuku.

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Midoriya Izuku había nacido en la humilde servidumbre de la mansión Bakugō, hijo de una dedicada sirvienta extranjera que llegó ya embarazada al lugar.

En ese entonces, el barón Masaru, omega consorte de la baronesa Mitsuki, también estaba en estado de gestación y se apiadaron de la mujer, dándole un trabajo digno y un techo seguro para ella y su cachorro.

Desde que nacieron los bebés, con apenas tres meses de diferencia, se convirtieron en amigos inseparables.

Izuku seguía los pasos de su madre como otro leal sirviente de la mansión Bakugō, pero Katsuki a veces lo libraba de su trabajo para que lo acompañara a jugar, Izuku aceptaba siempre y cuando la baronesa Mitsuki diera su consentimiento para así evitar problemas por no cumplir sus labores.

A pesar de sus diferencias sociales, ambos niños compartieron una conexión que solo se fortaleció con el tiempo, Katsuki procuraba protegerlo de todo y todos, e Izuku velaba por sus cuidados.

Eran un gran equipo.

Cuando tenía once años, Katsuki aprendió sobre las castas: alfa, omega y beta, y también sobre las sub-castas, aquellas que eran poco comunes y muy codiciadas: Los dominantes.

Deseó con todas sus fuerzas ser un alfa, como su madre, tan imponente, valiente y protectora.

Tal y como lo quiso, así fue. En su ceremonia de revelación al cumplir los doce años, después de una sola prueba, se confirmó ante la alta sociedad que era un alfa.

Pero a él no le interesaban las felicitaciones vacías ni los regalos ostentosos. Se escabulló a la cocina y al espacio de la servidumbre a buscar a Izuku, que le sonrió y abrazó muy contento por él.

Entonces, Katsuki tuvo otro deseo.

"Quiero que Deku sea un omega. Mi omega".

Aquella bonita sonrisa que velaba genuinamente por su seguridad y le parecía la más hermosa de todas, le hicieron darse cuenta de sus sentimientos por su mejor amigo.

Sin perder tiempo, al día siguiente decidió tomar cartas en el asunto.

—¡Bruja!— Entró en el despacho de su madre. Ella le aventó un libro, pero estaba tan emocionado por su solicitud que ignoró el dolor en su rostro.

—¿Qué es lo que quieres?— arqueó una ceja ella, levemente impresionada por ver a su hijo llegar a su lado, arrodillarse a sus pies y bajar la cabeza.

—Tengo una petición. Haré lo que sea si me la concede, madre.

—Habla— demandó cruzando sus brazos con curiosidad.

—Quiero autorización para casarme con Deku cuando sea mayor.

Mitsuki se sorprendió. Era la primera vez que Katsuki le pedía algo, y no era respecto a su honor, orgullo o tapar alguna fechoría como pensó que sería.

Era por un primer amor.

—¿Estás seguro de que esto es lo que quieres pedirme? Tus sentimientos hacia él podrían cambiar, podrías conocer a otras personas. Ya me llegaron propuestas de consorcio para ti. Tu reputación podría verse en juego si te casas con un sirviente.

Katsuki mordió sus labios, pero ya lo había pensado. Es un cariño sumamente fuerte el que sentía por Deku, e iba más allá que la amistad o hermandad, mucho más allá.

—Estoy dispuesto a afrontarlo todo, madre. Quiero estar con él, quiero casarme con él, marcarlo, que sea mi otra mitad, como mi padre y usted.

Ella esbozó una sonrisa.

Guía y nitidez [Tododeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora