Guía y nitidez [Tododeku]

Capítulo 38: Entrometida.

—Préstame a tu novio —exige Shōto levantándose de su escritorio en cuanto ve Lord Hitoshi ingresar a su oficina con un bostezo.

—Buenos días para usted también —suspira yendo a su espacio para empezar el trabajo, hasta que cae en cuenta la petición del bicolor—. Disculpe, mi Lord, ¿qué fue lo que me pidió prestado?

—A tu novio.

—¿Por qué? ¿Qué asuntos tiene con Lord Neito? —pregunta con confusión.

Conoce a su amo, sabe que a veces es extraño, bobo, o muy literal. ¿Qué es lo que ronda su misteriosa mente ahora?

—Anoche... Izuku y yo hicimos... cosas.

Shinsō entonces sonríe con picardía.

—Necesito que tu antipático novio me aconseje acerca de qué hacer para... seguir avanzando de la forma correcta con él... Quiero que también disfrute cuando lo toco, no lastimarlo o incomodarlo.

La sonrisa del alfa se borra.

—¿Quiere que le preste a mi pareja para conversar de sexo?

—Oh, eso suena muy mal.

—Es lo que es.

—Lo siento.

Hitoshi suspira. Comprende que Shōto necesita un consejo y él no es la persona más apta para darlo, pues aunque tenía experiencia, no era lo mismo dar algo a recibirlo. Además de que se había relacionado solo con betas concubinos, jamás con un omega.

—Mi Lord, pierda cuidado. Le escribiré a Lord Neito ahora mismo.

—Muchas gracias, y perdón por pedir esto, seguro que también es incómodo para ti.

Hitoshi sonríe tomando un papiro y un bolígrafo, empezando a escribir la carta para su amado; es un trato justo, después de todo, él también comparte dudas de ese tipo con Izuku.

A los pocos minutos ingresa Izuku con la comida para ambos, Hitoshi aprovecha para mirar la reacción de Shōto, este se sonroja al extremo mientras Izuku tiene una completa expresión de diversión. Aunque claro, también nota su rubor.

No dice nada, solo continúa haciendo la carta ignorando la timidez de ambos.

Y luego ellos son quienes terminan ignorando su presencia cuando se sientan uno al lado del otro y se dedican esas miraditas que tanto lo empalagan.

No los culpa, él tampoco puede evitar actuar así con Neito.

La puerta suena, un sirviente ingresa después la orden y trae en manos unas cuantas carta.

—Es del castillo del rey Toshinori, la envía su hermana, Lady Fuyumi —explica entregándola a Shōto, haciendo una reverencia respetuosa.

—Muchas gracias. Lleva esto, por favor —Shinsō se levanta con el sobre que él mismo hizo segundos atrás—. Es para el vizconde Neito Monoma, asegúrate de que llegue lo más pronto posible.

—Sí, Lord Hitoshi. Me retiro.

Apenas se quedaron solos, tanto Hitoshi como Izuku se pegaron a cada extremo de Shōto, muertos de curiosidad.

—¿Qué es, qué es? —Hitoshi apresura.

—Qué descaro el tuyo, jamás he visto que un escolta actúe así con su amo.

—Pero es que no te apuras, Shōto, ya queremos saber —Izuku continúa.

Shōto solo pone los ojos en blanco y abre el sobre, no quiere ver la sonrisa engreída que comparte el alfa con su novio.