Capítulo 49: No hay paso al arrepentimiento.

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¿Un alfa? Shōto, su hijo, ¿era un alfa?

Enji gruñe y un remolino de arrepentimiento empieza a invadir su pecho, la culpa lo carcome mientras siente que sus ojos se llenan de lágrimas.

"¿Todo este tiempo mi cachorro ha sido un alfa y lo he rechazado? ¿Lo he estado culpando por nada?"

No se lo creía.

Entonces, ¿por qué nunca antes se ha presentado como tal?

Sí, sabía de su estúpida fiebre anual, pero hasta ahí llegaba su único síntoma.

No tenía olor, no era territorial, era bastante gentil y blando, y carecía de caninos, ¿cómo iba él a dudar del hecho de que fuera un beta?

¿Por qué justamente ahora parecía el alfa que, se supone, era?

Cierra los ojos y los recuerdos llegan a su mente, de la vez que lo cargó por primera vez en el día de su nacimiento, cuando dio sus primeros pasos, cazó su primer animal, aprendió a leer, a luchar. Cuando lo llamaba "papá" y corría detrás suyo imitándolo porque era su ejemplo a seguir.

Era un cachorro que admiraba a su padre, que esperaba ser como él.

Y a cambio, todo lo que tenía le fue arrebatado por una casta.

Lo menospreció, se burló de él, inclusive llegó a golpearlo un par de veces o le negó ayuda ignorando sus ojitos que lo miraban asustados y llenos de confusión, sin comprender cómo el padre que decía amarlo ahora parecía odiarlo.

Estuvo así por años, buscando su aprobación y serle útil, queriendo que todos vieran el valor de la persona dentro y no de su estúpida casta.

—Mi Shōto, mi cachorro... —murmura finalmente sollozando.

Solo puede refugiarse en sus recuerdos, pues ha tirado cada retrato y pintura de Shōto cuando se manifestó como beta.

Ha pasado la última década culpando a Rei y resintiéndose con su propio hijo por algo de lo que no tenían control.

Su lobo interno gruñe molesto, regañándolo; siempre ha reconocido a Shōto como su hijo, fue su parte racional la que se negaba a aceptarlo.

Siente que el mundo se le cae. Siente culpa.

Parpadea con confusión sintiendo la garganta seca y el cuerpo adolorido, justo como cuando se sobreesfuerza entrenando.

Percibe un delicioso aroma a coco, sonríe al ver a Izuku acurrucado a su lado, abrazando su pecho, besa sus rizos aspirando su dulce olor.

Un momento, ¿su olor?

Se levanta ignorando el dolor muscular y se acerca con sigilo para olerlo otra vez, corroborando que no se trataba de algún perfume o esencia, sino del mismo Izuku.

—¿Izuku? —cuestiona en un susurro.

El pecoso frunce el ceño, gruñe un poco y se da la vuelta para seguir durmiendo, Shōto tiembla al ver una gran mordida en la nuca de su amado junto a demás mordidas ligeras, rasguños y chupetones en su cuerpo, ¿quién le hizo eso?

No hay forma de que haya sido él, los colmillos se distinguían a la perfección en la mordedura, y él no tenía caninos.

—¿I-Izuku?

Está preocupado, ¿qué pasó durante su fiebre? ¿alguien de la mansión atacó a Izuku? ¿no fue capaz de protegerlo?

Aulla con tristeza pensando en que realmente su pareja fue sometida en contra de su voluntad y él no pudo hacer nada al respecto debido a su fiebre.

Guía y nitidez [Tododeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora