CAPÍTULO 15

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Inaya Bardeen

—¿Te enojarías conmigo si te cuento algo? —le pregunto a Luc, que se mantiene entretenido en hacer un dibujo.

—¿Por qué lo haría? —contesta sin perder la concentración —. Aunque hayas hecho algo muy, muy malo, no puedo estar enojado contigo.

Me acomodo mejor a su lado y sin dejar de mirar al suelo, le digo lo siguiente:

—Estoy esperando un bebé —no levanta la mirada de su cuaderno y lo veo sonreír.

—¿Es normal que sea tío siendo yo tan pequeño?

—Supongo que sí —hago el intento de sonreír también.

Transcurren segundos en un silencio que para mí resulta incómodo.

—¿Ese bebé es de Élias? —su pregunta tan repentina me deja la mente en blanco, pero opto por no seguir mintiéndole.

—Así es.

—No estoy molesto por eso. Eres mi hermana y quien me ha cuidado desde que era más pequeño. Sé que Élias no era muy bueno contigo, pero yo nunca te dejaré sola.

Escucharlo decir eso me hace sentir más relajada y en parte tranquila conmigo misma al saber que siempre nos tendremos a nosotros dos. Él parece acabar con su dibujo y cierra el cuaderno sin dejarme ver, acomoda una de las almohadas sobre sus piernas y la palamea a modo de que me recueste sobre él. Me acomodo sobre la cama y sus dedos se mueven por mi cabello.

—¿Estás bien con la idea de que pasaremos un tiempo aquí? —hablo al pasar del rato.

—No me desagrada, pero algún día podemos volver de vacaciones a Selverkeep —el ambiente se vuelve a quedar insonoro por largos minutos —. Sé que serás una buena madre porque ya lo eres conmigo.

Una sonrisa discreta surca mis labios y me levanto para sentarme a su lado.

—A lo mejor algún día regresemos a Reino Unido, pero que tal si no es al pueblo —me mira desconcerto —. Podría comprar un apartamento en la ciudad, irías a una escuela de arte y conocerás muchos lugares nuevos. Es una promesa.

—¿Lo prometes por el meñique? —lo miro y sus ojos verdes están cargados de lágrimas. Le tiendo mi mano y entrelaza su meñique al mío.

Se abraza a mí y siento que algunas de sus lágrimas mojan mi abrigo, lo abrazo con más fuerza hasta que lo siento más calmado. Se vuelve a acostar abrazado a mi cuerpo y así se queda dormido, me quedo observándolo un rato más viendo su rostro lleno de esa ilusión que yo también tuve alguna vez, pero que nunca se hizo realidad. Por lo que estaba dispuesta a hacer hasta lo inalcanzable para verlo feliz.

❀•°❀°•❀

Daban casi las nueve de la mañana cuando llego a la cafetería de Céline. Ella me había propuesto ayudarla en la entrega de pedidos y sin dudarlo acepté su oferta. Mientras yo pasaba el día en Strada Café, ella se encargaba de cuidar de mi hermano en casa, también estaba muy al pendiente de que no me agotara demasiado o si necesitaba algún medicamento.

Junto a las demás chicas organizamos el lugar para la llegada de los clientes, me voy atrás de la barra para tomar la libreta de apuntes cuando la campana de la puerta anuncia la llegada de alguien.

—Un café cortado, por favor.

Pide el hombre y su voz me deja estática en mi lugar antes de voltear a verlo. Al hacerlo veo que continúa usando esos trajes grises con corbata, su pelo sutilmente peinado hacia atrás, al igual que su escasa barba y esos ojos con tonos entre azul celeste y verde claro.

—¿Lo quiere para llevar? —siento que mis labios tiemblan al hablar, asiente con firmeza y por como me mira parece no reconocerme o simplemente ignora el hecho de que sí lo hace —. En un momento le traigo su pedido, señor.

Llego agitada a la cocina donde las chicas están decorando algunos dulces y al verme ponen cara preocupada.

—¿Por qué estás así? —cuestiona Adelle, acercándose y aparta una silla para sentarme —. ¿Ese hombre que acaba de llegar te dijo algo?

—No fue nada de eso —miento, intentando ocultar que verlo después de años me ha afectado de algún modo —. Por un instante me he mareado, pero ya estoy bien.

—¿Segura que estás bien? —habla Adelyn, la gemela de Adelle —. Puedo cubrir tu puesto y así vas a descansar.

—Olviden eso, estoy bien. De verdad.

No se quedan muy convencidas y vuelven a lo que hacían. Adelle prepara el café y cuando está listo me detengo un momento antes de salir fuera. Tomo una larga respiración y salgo, él aún sigue junto a la barra.

—Aquí tiene, señor —coloco el vaso a su alcance. Saca su billetera y deja el pago en el mostrador, al contarlo veo que hay dinero de más y cuando pienso rebatir, él se adelanta.

—Eso es para ti y tu hermano —su voz grave hace estragos en mí al traerme recuerdos. Abro la boca para hablar, cuando una tercera voz me vuelve a cortar las palabras.

—Papá, vamos —la niña tira de su brazo, a lo que él la ve y sonríe —. Mamá nos espera para darme mi sorpresa de cumpleaños.

—Tenga buen día, señorita —es lo último que dice antes de cargar a la niña, por un instante me mira y veo en ella mi cara de cuando tenía su edad; incluso el mismo cabello rubio con mechas castañas.

No sé en qué momento ocurre, pero comienzo a llorar en silencio al ver tal escena. Él se comporta con ella como nunca lo hizo conmigo, se nota que ella no ha recibido maltratos, ni nada parecido a lo que recibía yo. Le hacen regalos de cumpleaños, no la mantienen encerrada como a mí y se nota que es una niña que recibe todo el amor incondicional que a mí me faltó todo este tiempo.

💛🌻💛🌻💛

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Y seguimos con recuerdos del pasado, momentos tristes y un poco de sufrimiento. En el siguiente capítulo hay cosas interesantes.

¡Fíjense en la letra de la canción! 🥲

Hay comentarios donde dicen que les gusta mucho la historia y la verdad es que me emociona muchísimo saber que es así. Por lo que haré que cada capítulo sea mucho mejor que el anterior y pondré el mayor esfuerzo para que continúe siendo así.

Un abrazo super grande y besos para EscarletTejada y veronicaarb 💕💕

Tengo muchas ganas de que lean el siguiente capítulo, así que a lo mejor lo acabo más tarde y se los dejo, o sino mañana.

Besukis 💛

Ella es rubia pero NO tonta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora