♡𝑁𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑎 𝐿𝑖𝑛𝑑𝑎 𝑁𝑢𝑏𝑒𝑐𝑖𝑡𝑎♡(ɢᴇᴍᴇʟᴏs ᴛᴏᴋɪᴛᴏ ʏᴀɴᴅᴇʀᴇ ʏ ʟᴇᴄᴛᴏʀᴀ)

〔33〕

~¿Por qué? ¿Por qué el
universo me hace esto?~

Narradora

Katsumi: Y? ¿Cómo quedó? —le mostraste a tu novio un dibujo de una rosa en blanco y negro.

Tú y tu pareja estaban en la sala de estar. Una de las recomendaciones de tu psicóloga para entretenerte y no pensar en otras cosas fué dibujar. Por eso hiciste esa rosa. Douma estaba en un sillón leyendo un libro. Hasta que levantó la mirada para ver el dibujo que realizaste.

Douma: ¡Quedó hermosa! —era cierto, dibujas muy bien, pero nunca quisiste mostrar esa cualidad. —¡Me impresionas mucho bonita!

Katsumi: Jeje, gracias. —dejaste tu dibujo en la mesita del centro, guardaste tus lápices en su cartuchera y la colocaste a un lado del cuaderno donde estaba dibujada la rosa.—Voy a hacer el almuerzo, sigo dibujando más tarde.

Douma: Ok, no te preocupes hielito. —él siguió leyendo su libro, y tú, tranquilamente te dirigiste a la cocina.

No sabías que hacer, tal vez Ramen, o, tal vez arroz con carne y verduras. Optaste por hacer Ramen.

Katsumi: (Tengo la sensación de que algo pasará. . .ya Katsumi, sólo son cosas tuyas.) —negaste con la cabeza, sólo eran cosas tuyas, ¿no?.

Aunque, al parecer tus pensamientos eran reales.

Cómo si fuese cosa del universo escuchaste tu teléfono sonar, este lo habías dejado en la encimera de la cocina. Dudosa lo agarraste y te diste cuenta que era un número desconocido.

Katsumi: (¿Quién podrá ser?) —pensaste, pero decidiste contestar. —¿H-hola?

—Hola, nubecita.

Pensaste que tu alma se había ido volando por los aires al escuchar una de las voces que más odiabas. Tus manos comenzaron a temblar y tu respiración se agitó.

No sabías que responder, no, no podías responder.

—Sabíamos que te pondrías así. ¿Estás temblando de miedo? ¿o acaso de emoción?. —Ahora escuchaste la otra voz, era fácil reconocerlas.

Katsumi: E-esto..es m-mentira.. —dijiste, aún sostenías el teléfono en una de tus manos. Habías respondido eso para pensar que sólo era un juego.

—Ja, ¿mentira? claro que no, nubecita,
somos nosotros, Muichiro y Yuichiro... Tokito.

Sin querer dejaste caer tu teléfono al suelo, te paralizaste en tu lugar, lo único que podías hacer era temblar del miedo y respirar agitada, instintivamente llevaste tu mano a tu pecho y sentiste que tu corazón latía más rápido de lo normal.

Douma: ¿¡Cariño, que sucede?! —gritó el pelirubio. No respondiste.

—Ese es Douma??, maldita sea, ese rubio ojos gay es tu pareja? Nosotros somos mejor que él. —retrocediste unos pasos hacia atrás, veías tu teléfono en el suelo, no sabías como llego a tener el altavoz encendido. No lo habías colocado. —Sabemos que estás ahí aún, estás tan aterrada. ~

Douma: Katsumi... —él había llegado a la cocina para ver qué era lo que sucedía, portaba sus lentes de lectura.

Él te miró y tú le señalaste el suelo, donde vió tu teléfono y en la pantalla la llamada abierta de un número desconocido.  Tu rostro era de terror y pequeñas lágrimas ya se observaban brotar.