♡𝑁𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑎 𝐿𝑖𝑛𝑑𝑎 𝑁𝑢𝑏𝑒𝑐𝑖𝑡𝑎♡(ɢᴇᴍᴇʟᴏs ᴛᴏᴋɪᴛᴏ ʏᴀɴᴅᴇʀᴇ ʏ ʟᴇᴄᴛᴏʀᴀ)

〔44〕

~Mira que tan jodido
me tienes.~

Narradora

Tus mejillas estaban adornadas de un bonito color rojizo, respirabas agitadamente por el previo jugueteo entre sus lenguas. Parece que no quiere separarse de tus labios rojos e hinchados ni por un segundo.

Las manos de Muichiro no se quedaban quietas ni un momento, quería tocar todo de tí, hacerte saber que eres suya con solo tocarte, que nadie más puede hacerlo, aparte de su hermano. Sus manos recorrieron una vez más tus pechos, los cuales cabían perfectamente en sus manos. Sus labios fueron a tu cuello dejando besos húmedos por doquier hasta llegar a tu clavícula y dejar pequeñas mordidas y alguno que otro chupón.

Jadeos salían de tí al sentirte tan vulnerable por su toque, un escalofrío recorrió tu espina dorsal a sentir como succionaba uno de tus pezones. Pasaste tus manos por su nuca acariciando con suavidad dicha parte.

Katsumi: Ahhh—soltaste al recibir toques de sus dedos en tu clítoris, haciendo que tú manojo de nervios enviara sensaciones a todo tu cuerpo. Sintiendo el rico placer que te estaba otorgando el ojimenta, quien seguía pegado a tus tetas.

Sus dedos bajaron dejando tu clítoris, pasando sus dedos por toda tu raja sintiendo lo mojada que ya estabas, sonrió de lado al sentir la humedad. Tú respiración se entrecortó cuando sentiste uno dedo intruso dentro, luego seguido de otro, moviéndose con lentitud para luego acelerar de a poco, tocando aquel punto que te hacía enloquecer.

Katsumi: A-ahh Muichiroo— agarraste al mayor por su cabello, queriendo apartarlo de tus sensibles pechos, cosa que lograste.

Muichiro: ¿Te gusta esto?—asentiste rápidamente mirándolo con tus ojos entrecerrados por el placer. Sus dedos siguieron bombeando dentro de tí, tocando tu punto G sin parar, pronto un cosquilleo en tu estómago te advirtió lo que ya sabías que iba a suceder, ibas a correrte y Muichiro no iba parar sus movimientos hasta que lo hicieras.

No pasó ni un minuto más cuando te invadió tu primer orgasmo de la noche, haciendo que respiraras con rapidez. Él sacó sus dedos de tí y los llevó a su boca para saborear tus jugos.

Muichiro: Sabes jodidamente bien.—sonrió para luego alzarte fácilmente por debajo de los muslos y cargarte hasta su habitación, saliendo del baño. No le importaba nada si estuviera alguno de los otros dos por ahí cerca, aunque estos no estaban.

Te dejó en la cama para luego seguir él, quien apoyó sus manos a cada lado de tu cabeza, en estos momentos no tenía importancia si ambos están mojados o no por la ducha. Te besó de nuevo, este fue un beso más desordenado y sucio, sus salivas se mezclaron, haciendo que cayera por la comisura de tus labios.

Muichiro estaba terriblemente duro, su polla rogaba enterrarse en tu coño de una vez. Instintivamente separaste tus piernas haciendo que su entrepierna rozara con la tuya, ambos jadearon al unísono. El aire comenzaba a hacerles falta y por eso se separaron de aquel beso, el gemelo te miró a los ojos relamiéndose los labios. Agarró su miembro, pasando su mano un par de veces hacia arriba y abajo, tomando el líquido preseminal de la punta y pasándolo por todo su longitud. Acercó la cabeza de su polla hasta tu entrada, antes agarró tu cintura con sus grandes manos y se empujó lentamente dentro de tí.

Tu cabeza se echó atrás y un pequeño grito salió de tus labios por la increíble sensación, agarraste las sábanas debajo de tí con fuerza al sentir como entró todo. Sintiéndote tan llena por su larga longitud, llevaste una mano a tu vientre tocando aquel bulto que sobresalía, respirando profundamente mientras cerrabas tus ojos. Mierda, pero que buena vista le estabas dando a Muichiro, sonrojándose al instante en que comenzó a moverse, estocadas lentas que iban subiendo el nivel de a poco.