♡𝑁𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑎 𝐿𝑖𝑛𝑑𝑎 𝑁𝑢𝑏𝑒𝑐𝑖𝑡𝑎♡(ɢᴇᴍᴇʟᴏs ᴛᴏᴋɪᴛᴏ ʏᴀɴᴅᴇʀᴇ ʏ ʟᴇᴄᴛᴏʀᴀ)

〔36〕

~Por favor, necesito que vengan por mí~

Narradora

Despertaste lentamente, la cama en donde estabas era la de Yuichiro, antes de haberte dormido la noche anterior él y su hermano se acostaron junto a tí, queriendo dormir contigo.

Muichiro estaba a tu izquierda, abrazando tu cintura, mientras que Yuichiro tenía un brazo bajo tu cabeza, como almohada para tí.

Habías despertado antes que ellos dos, dormían tranquilos así que con cuidado te levantaste de la cama y fuiste al baño. Al salir fuiste a la habitación de Muichiro donde ahí se encontraba la ropa que te había comprado el peliazul. Te cambiaste colocándote un pantalón un poco ancho de las piernas color negro, una blusa color blanca y unos zapatos bajos de color blanco y negro. Por último dejaste tu cabello suelto, para que no se vieran tanto las marcas en tu cuello.

Los gemelos aún estaban dormidos eso de alguna forma te daba paz, fuiste a la cocina por un poco de agua.  Suspiraste un poco y decidiste ir a la sala de estar, donde te sentaste en el sillón grande, querías tener un poco de privacidad y soledad ya que la mayoría del tiempo los gemelos están cerca tuyo, con el día de hoy llevabas sólamente dos días en ese departamento.

Te alarmaste al escuchar a alguien quejándose, y cuando dirigiste tu mirada a la cocina era Raiden.

Raiden: Maldita sea, el idiota de Yuichiro si que golpea fuerte. —buscó una pequeña bolsa con un poco de hielo y la puso en su cara, específicamente en una de sus mejillas. —Aghh, creo que me rompió la nariz. —este dijo moviendo un poco su nariz, la cual estaba roja.

Desde tu lugar lo observabas con detenimiento, pensabas en como tuvo sexo contigo sin tu consentimiento, sexo forzado. Pensabas en como te drogó, si no hubieras sacado lo que quedaba de la cápsula de tu boca, hubieras estado peor.

Raiden: Mierda! —se quejó al tocar su otra mejilla. —Esta porquería no sirve para nada. —tiró la bolsa de hielo. Caminó y dirigió la vista a la sala, ahí fue donde te miró.

Él como si nada comenzó a caminar a tu dirección, no hiciste nada sólamente te quedaste en tu lugar sentada. Al estar en la sala ahora Raiden se sentó en uno de los sillones individuales, al lado del sillón grande.

Raiden: Wow, te despiertas primero que los gemelos? Increíble. —dijo, puso sus codos en sus piernas.

Viste su cara, estaba hecha un desastre. Uno de sus ojos estaba morado e inchado, mientras que sus mejillas también estaban inchadas y con moretones, su nariz estaba roja y sus labios estaban rotos, con sangre seca en la comisura de sus labios.

Te diste cuenta de que el ojiazul no estaba drogado, por la forma en que sus ojos se encontraban; normales.
Portaba una cara seria, pero no había que dejarse llevar por sus expresiones.

Raiden: Me estás mirando mucho, no crees? —te volteó a ver, para encontrarse con tu mirada asustada por el repentino hablar que se escuchó.

No respondiste nada, solo miraste el suelo y respiraste hondo para calmar tus sentidos, te daba algo de miedo ese chico.

Raiden: Te parezco lindo? —te miró sonriendo—O... acaso te gusta como me veo todo golpeado?

Seguiste sin decir nada, viste como él te dejó tranquila y extendió su mano a la mesita del centro para agarrar el control remoto y encender la televisión.