CAPÍTULO 16

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Postbank

Caesar.

La mañana esta soleada con un resplandor colosal, todos empiezan a cargar armamento porque tenemos una misión importante en Alemania. La misión consiste en atrapar a un grupo de estafadores y ladrones fuera de control, nosotros seremos trabajadores del banco y estaremos infiltrados para ese momento ya que se nos informó por uno de los integrantes de que irán mañana en busca de un robo exitoso y debemos de estar listos ya que son una amenaza fastidiosa.

Mientras todos cargan lo que les corresponde, yo tendré una corta reunión con Alex Monroe para llegar a un acuerdo, «sería bueno decirle lo rico que folla su hija..» .

Me siento en la gran silla de cuero negro mientras paso el humo del puro en mis manos, por el bien de todos es mejor que me tengan tranquilo y no destilando rabia porque saben que soy el mismísimo diablo cuando estoy lleno de rabia. «Siempre..»

Llega el hombre de unos cincuenta tal vez, si cabello es azabache pero con bastantes canas y tiene ojos azules muy diferentes a los de su hija. Entra con sumo respeto y le permito sentarse en la silla al frente de mi escritorio de cristal.

—Buenos días mi general, estoy agradecido por permitirme esta pequeña reunión con usted.

—¿Cuál es el tratado que quiere? —pregunto restándole importancia.

Respira profundo y saca unos papeles de su maletín, he escuchado que es un buen hombre amable y que tiene una lealtad infinita.

—Quería extender nuestro contrato con el armamento unos 3 años más si es posible mi general —suspira —sabe que Monroe's company fabrica las mejores armas y escuche que viene una gran jordana fuerte de trabajos, viajes y misiones para el escuadrón negro.

—Sí, pero no se si habrás escuchado que tendré una nueva empresa de armamento fabricado en mi nombre.

—¿Otra empresa General? Tiene como veinte en este país sin contar los demás, la avaricia no es buena —dice en modo de chiste y yo me río sarcásticamente.

—Y tendré muchas más, los billonarios ya no sabemos que hacer con tanto dinero. —me encojo de hombros hablando con ironía.

Ríe y yo jalo del puro que tengo en mi mano, la única manera de tenerme menos amargado es con una buena manera de saciarme las ganas de sexo y con un puro o algo que me relaje.

—Podría colaborarle general, sabe que soy la mejor empresa de armas a base de acero y mejoraremos cada vez más porque quiero lo mejor para esta organización y una de mis razones es porque está mi pequeña; que por cierto ¿Cómo va?

Me encojo de hombros de nuevo.

—Normal pero es distraída «y muy sexy» , espero que se desempeñe hoy o tendremos serios problemas.

—Entiendo, solo debe haber excelencia en tu magnifica central y ella mejorará solo que es tan pura que se desconcentra tratando de ayudar a los demás.

Asiento y apago la colilla en el cenicero del escritorio, ya me hastié de esta conversación y quiero ir a buscar a su hija.

—Solo tu empresa nos brindará armas, el resto del armamento me encargaré yo y si noto la más mínima falla en así sea una Sig Sauer rompo el trato sin titubeos.

Alex asiente alegre y me pongo de pie para finalizar esta reunión.

—Jamás lo he decepcionado. —dice con un astibo de orgullo.

—Por eso mismo no espero menos.

Firmamos unos contratos y el se larga de aquí. Pero antes se encuentra con su mocosa y se dan un abrazo todo empalagoso «Que asco».

PASIONES ENCUBIERTAS [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora