CAPÍTULO 43

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Mía.

Alessia.

Sabía que hoy sería una noche larga y que tenía que sacar paciencia hasta por debajo de las piedras.

Mi drogado jefe se empezaba a tambalear casi perdiendo la conciencia pero pude guiarlo al baño para que no se desmaye, no lo acostaré en la bañera porque tardará mucho así que lo llevo a la ducha donde se sienta en el bloque de mármol blanco que simula ser una silla. «Me sirve demasiado en estos momentos..»

Le quito el saco junto a la camisa que está apestosa a fragancia de hombre y el whiskey que derramó en el auto. Desabrocho la correa con delicadeza y él está con los ojos cerrados mientras se ríe inconscientemente.

—¿Me la vas a chupar?—pregunta con un pequeño astibo de emoción haciendo que ruede los ojos.

—No.

Termino de quitar los pantalones para dejarlo solo en bóxer escondiendo una erección semejante a una piedra, eso se lo quitaré al final del baño porque necesito concentrarme.

Salgo un momento de la ducha antes de abrir el agua fría y me quito los tacones de aguja y dejo descender el vestido negro por mi piel; quedando solo en ropa interior para poder ducharlo y no arruinar mi vestido.

Entro y está mareado viendo a la nada, tomo una respiración profunda y cierro la puerta de vidrio. Luego subo la potencia del agua para que esto sea más rápido.

—¡¿Qué mierda haces?! —dice entrando en pánico cuando el agua le salpica en los pies.

—Te dije que te iba a bañar.—arrugo las cejas—¿O crees poder hacerlo en este estado?

No responde, solo me come con la mirada viéndome con lujuria en sus ojos ya que solo llevo la mísera ropa interior.

—Apaga esa agua helada y préndete de aquí.—propone con un tono más calmado y coqueto mientras se pasa la mano por encima del boxer—Te ves muy sexy.

blanqueo los ojos y lo jalo del brazo tratando de que se levante y pueda meterse en el agua.

—¡No quiero loca!—se queja tratando de soltarse de mi agarre.

—¡Que si!—sigo jalando con todas mis fuerzas pero él nisiquiera se esfuerza en que yo no lo levante, incluso me jala hacia donde estoy quedando sobre sus piernas.

Respiro profundo tratando de buscar algo de paciencia con este puto niño de 25 que no se quiere bañar.

—No seas puerco y mueve el culo a la ducha.—me obstino tratando de apartarme de sus piernas pero hunde su rostro en mi cuello chupando la piel de este humedeciéndolo con saliva.

No me dejaré porque tenemos que hacer muchas cosas y la prioridad no es follar.

—Mira...—quito su cara de mi cuello y el se ríe perdido como si hubiese contado un chiste—Me dejas hacer lo que te dije hace un rato y puede que tal vez hagamos algo.

—¿Algo sucio?—dice con una sonrisa llena de picardía  y yo asiento, estoy mintiéndole pero tampoco que pueda hacer mucho en este estado.

Me levanto de sus piernas y lo traigo conmigo de mala gana al agua, trato de no mojarme yo y que se moje él. Luego hago que vuelva a sentarse de nuevo en el bloque metiéndome entre sus piernas para aplicarle shampoo en las hebras azabaches mientras él trata de besar mis pechos.

PASIONES ENCUBIERTAS [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora