CAPÍTULO 20

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Un click.

Alessia.

Los cuatro nos vemos fijamente sin que alguien emita ninguna palabra.

—Em.... —trato de hablar mientras pienso en cómo arreglar la locura que acaban de decir dejándome en la calle.

La cara de Marcus es indescriptible, es cómo si no entendiera nada y yo rezo para mis adentros que no le de mil vueltas al asunto.

—O-Oh... eh... no es lo que parece —se excusa Thomas rascándose la nuca.

—¿Cómo que atravesar y por qué le hablas así a mi novia? —se enoja Marcus dando unos pasos hacia directo a Thomas y yo lo freno con mis brazos.

—Ey... —trato de calmarlo.

Kendra está de todos los colores y el corazón se me quiere salir por la garganta. ¡Así no se tenía que enterar!

—Todo tiene una explicación —habla Kendra con una sonrisa nerviosa.

—Nos referíamos a ustedes claramente —dice Thomas relajado —Ella dijo que iba a verte y pensamos que como tenían mucho tiempo sin verse pues... que lo iban a pasar bien.

Kendra asiente sonriente ¡Demonios Thomas, que buena mentira! También la cara de Marcus se dejo de tensar un poco pero sigue siendo enojada.

Hasta yo me lo creí por unos segundos pero el ardor y temblor en mis piernas me recordaron lo que realmente pasó.

—Bueno chicos, Marcus debe estar agotado —digo y ellos asienten.

—Haré pijamada hoy con Thomas. —dice Kendra yéndose con él por la puerta principal y yo asiento.

Marcus parece algo más relajado pero igual sigue molesto supongo por Thomas quien estaba aquí pero fue el primer amigo que hice cuando me mude y nisiquiera había iniciado en el escuadrón.

Llegamos a mi habitación y se desviste colocándose un short cayendo agotado en el suave colchón, yo me quedo unos minutos en el baño colocándome la pijama que más cubra porque el amable gorila me dejo toda la piel roja y con marcas en las tetas cuando me trato cómo un trapo o una muñeca.

La lencería que tenía o parte que quedó de ella porque las bragas se las quedó él, las envolví en papel para luego botarlo en la basura.

El dolor no cesa incluso siento que aumentó así que cuando salgo del baño y veo a Marcus dormido en la cama, me voy a la cocina en busca de unas compresas y tomarme unas pastillas para aliviar el maldito dolor.

«Creo que fue la primera vez que lo hicimos tanto ¡Más nunca usaré una lencería así!»

Me acuesto con Marcus quien me pidió que lo abrazara y a mí el corazón se me va quebrando mientras la cabeza me da mil vueltas pensando en todo lo que hice en su ausencia..

Las horas pasan y yo solo puedo observar un punto fijo sin conciliar el sueño mientras él duerme en mi pecho. Solo pienso en como le terminaré, si debería decirle lo desleal que fui o incluso con quien me acosté.

Son las 11 de la mañana y el hombre en mi pecho se comienza a mover indicando que está apunto de despertarse. Creo que pude dormir unos 20 minutos o algo, las ojeras que tendré no serán para nada amigables.

—Buenos días cariño.. —susurra con la voz ronca —¿Dormiste bien?

Se levanta de mi pecho observando mi rostro que no me sorprendería que esté demacrado gracias a la falta de sueño.

—Algo, tengo insomnio.

—Te noto algo cansada —susurra viéndome con algo de curiosidad.

Me siento en el colchón restregando mis ojos, realmente estoy lo siguiente de agotada.

PASIONES ENCUBIERTAS [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora