CAPÍTULO 27

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Lazos.

Alessia.

El entrenamiento de ayer y hoy fueron sumamente agotadores, no entiendo por qué los pilares se han vuelto sumamente más exigentes que antes, sabemos que vienen misiones complicadas pero esto fue excesivamente agotador.

Lo bueno es que Aiden me trajo a una pequeña compañía bastante tierna. El pitbull de Caesar es la cosita más tierna de este mundo, siempre quiere que le dé mimos y le rasque su panza. También Kendra se ganó su confianza y ambas estamos aquí jugueteando con él.

—Debemos ponerlo bien guapo y coqueto.—propone Kendra.

—¿Y cómo haremos eso?—pregunto mientras el perro esta boca arriba moviendo su cola.

—He visto varios videos en las redes, tú báñalo mientras yo le preparo una de las comidas que nos encargó el chico guapo que lo trajo.

—Se llama Aiden.

—Eso, papi Aiden.

Enarco una ceja mientras veo como se va a la cocina y tomo una bocanada de aire, Drago tiene mucha energía y esto será un completo desastre.

Lleno la tina de mi baño llevándome la bolsa de productos caninos que trajo el guardaespaldas.

«Este perro es como un niño..»

Todo se llena de espuma las cuales les agrego algunos pétalos de rosas y traigo a Drago quien no duda en saltar en la bañera para salpicarme toda de agua.

—¡Oye!

Se ve muy feliz mientras salta sin cesar jugando con la espuma y eso derrite mi corazón.

Empiezo a restregar el shampoo en su suave pelaje mientras empieza a lamer mi rostro con las pupilas muy dilatadas.

—¿Quién es el bebé más hermoso, quién?—pregunto con voz aguda mientras dejo besos en su hocico.

Luego de bañarlo y secarlo, Kendra y yo le aplicamos aceites de coco naturales en el pelaje para que esté más brillante, le cortamos las uñas y le dimos de comer un buen filete que se comió completo.

—Deberíamos tener una mascota nosotras.—comenta ella mientras se seca el cabello con la secadora para salir.

Yo estoy en la cama acostada con Drago quien duerme plácidamente en mis piernas con un suéter mío puesto de color rosa por el frío que hace últimamente.

—No lo sé, muchas veces no estamos en la casa y no me gustaría dejarlo solo.

—Es verdad.

—¿A dónde vas?—le pregunto.

—Iré a comer con un amigo, algo súper casual.

Asiento lentamente y ella termina de secarse el cabello, Kendra tiene una vida social bastante extensa.

—Adivino, no vendrás hoy.

—Tal ves sí, tal vez no.

Enarco una ceja y ella me guiña un ojo para luego irse de la habitación, son cómo las diez de la noche.

Kendra se va y yo busco en la repisa al lado de mi cama donde tengo un montón de libros que quiero leer, tomo uno que compré en la tienda del hotel en Mónaco que se llama "sobre el amor y la muerte".

Este libro me llamo bastante la atención ya que habla acerca de una experiencia amorosa y cómo esta se relaciona con uno de los temas prohibidos de nuestro tiempo: la muerte.

Un párrafo me llamo repentinamente la atención que sin duda es algo más que profundo. "El enamoramiento es una embriaguez, una enfermedad, una locura. Pero no una mala embriaguez, sino la mejor que existe."

PASIONES ENCUBIERTAS [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora