PASIONES ENCUBIERTAS [Libro 1]

CAPÍTULO 25

¡Recordatorio que no es un libro apto para todo público y se tratan temas delicados!

La capacidad de resistir.

Tirana, Albania 2018.

Vladimir.

La cabeza me duele exasperando mi ser con los gritos de los rehenes que pudimos capturar hoy. Muchas veces me satisfacen al saber que tiemblan de miedo y no podrán huir de su maravilloso destino, pero justo ahora no están siendo complacientes.

—¡Les meteré un tiro si siguen jodiendo!—exclamo frustrado.

—Ni te atrevas.—advierte mi hermana—No sabes todo lo que nos costó encontrar a esas siete personas con Rh nulo, disfruta de sus gritos mejor.

Ambos estamos en el laboratorio, el potente olor a sustancias tóxicas inunda las cuatro paredes de vidrio del cubículo con las nuevas dosis que creé para los nuevos reclutados. Me ajusto la máscara de oxígeno y continuo con mi trabajo agregando sustancias minuciosamente exactas.

Valeska trabaja en la computadora mientras yo continúo con mis experimentos adentro del cubículo de cristal.

—Nuestros laboratorios en todo el mundo están dando sus frutos y mucha gente se quiere unir a nuestra causa.—habla ella con orgullo al otro lado del cristal—El laboratorio de Portugal está siendo el mejor y más eficaz.

—¿Qué tipo de gente se quiere unir?—indago.

—Muchas mafias y científicos importantes se han contactado conmigo, ellos trabajaron con los agentes y nos ayudaron con los nuevos rehenes.—continúa—Dicen que apoyarán en lo que sea y que nos entregarán toda su devoción por el ideal tan único que tenemos.

—Espléndido.

Con las dosis que estoy creando trato de rebajar la potencia de las toxinas para probar si se dejan de morir estos inservibles. Quiero crear algo letal, algo inhumano, algo que sea tan poderoso y temible que todos tiemblen a escucharlo.

Cuando termino las dosis las meto en el refrigerador químico y así conservarlas, me quito los guantes de látex y voy a dirección de mi hermana saliendo del cubículo.

—¿Cuando teñirás tu cabello?—pregunto con disgusto—Sabes que detesto el rojo.

—Que tú te hayas teñido el tuyo no significa que yo y Liam debamos hacerlo—replica—A nosotros si nos gusta nuestro color natural.

Ruedo los ojos, el color rojo es algo detestable para mí. Esto en parte es una de mis razones por las que que quiero crear la sangre azul, es algo simplemente único y poderoso.

Mi hermana Valeska comparte el mismo pensamiento que yo de crear algo de alto calibre lleno de letalidad, pero hemos tenido bastante discusiones por su tonta personalidad terca. Siempre quiere estar en la punta de la pirámide sin que nadie pase sobre de ella.

«Liam» Nuestro hermano menor decidió alejarse de este mundo, la verdad no le interesaba para nada y decidió vivir su vida por separado, siempre nos contactamos y él nos cuenta que vive en paz su loca vida universitaria.

—Escuché que te llevaste bien con los agentes de Italia y Albania.

—Sí, son excelentes en lo que hacen.—hace una pausa—Siempre ellos han sido nuestros enemigos pero ahora tenerlos de nuestro bando es una muy buena estrategia para nuestro objetivo.

—Con el Rex de nuestro lado seríamos invencibles, ese sujeto tiene un poder inimaginable. Todas las mafias, leyes y mundo criminal están a su merced. —le recuerdo.