CAPÍTULO 28

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Inesperados encuentros.

Toronto, Canadá 2018. Jueves.

Caesar.

El filo de la maquina de afeitar junto a la espuma se esparce por mi rostro dejando mi barba sin ningún bello, la verdad prefiero mi apariencia así. Termino de ducharme y cepillar mis dientes.

En estos momentos me encuentro en la mansión de Dominik mientras me coloco el traje negro a la medida, hoy es la gala de generales que no me apetece para nada asistir. El humor lo tengo exageradamente mal, termino de colocarme los gemelos plateados y el perfume de mala gana.

Salgo de la habitación y bajo las escaleras encontrándome con mi padre y su pareja actual Silvana; es una mujer alta, morena con cabello y ojos color marrón avellana.

«Podría ser mi hermana, debe de estar apunto de cumplir los treinta..»

—Hola general..—me saluda ella—Es bueno verte de nuevo.

Alzo las cejas en modo de saludo y veo fijamente a Dominik, él y yo somos bastante parecidos en poseer la misma altura, rasgos faciales incluyendo las cejas pobladas y largas pestañas, el negro azabache del cabello solo que en el de él se reflejan algunas canas y los mismos ojos color azul hielo que caracteriza a los que portan el apellido Grey.

—¿Vienes con nosotros o te irás solo?—indaga tomando las llaves de su auto.

—Obviamente me iré solo.—respondo con indiferencia.

Salgo de la mansión, subo mi Lamborghini Veneno y me esfumo a la velocidad de la luz, paseo con el auto para apaciguar mis pensamientos tardándome más de lo necesario.

Las iluminadas calles de la ciudad de Toronto brillan en todo su esplendor aún así sea de noche. Luego de fumarme un puro y mejorar mi estado de ánimo; me dirijo a la dichosa ceremonia que sigo pensando que no es más que innecesaria por tener que convivir con gente que no me apetece. Estaciono el auto en la suntuosa fortaleza con iluminación cálida, bajo erguido sin inmutarme a cruzar miradas con nadie.

La gente que se encuentra en los alrededores exteriores de la entrada principal están vestidas de forma ostentosas y elegantes. No tardo en sentir las miradas de toda las chicas que me observan y no parecen tener ningún tipo de disimulación.

—¿Por qué tardaste tanto en venir?—pregunta mi padre entre dientes cuando se acerca.

—No empieces.—ruedo los ojos.

—Recuerda quien eres aquí—habla entre dientes—Debes mantener tu actitud imponente y responsable donde sea—susurra.

Le regalo una de mis peores miradas despectivas y él no se queda atrás haciendo lo mismo cuando se aleja.

«Qué se joda, yo hago lo que me plazca.»

Una música suave y armoniosa resuena en toda la fortaleza ambientando el lugar; aquí hay diplomáticos, presidentes, generales, pilares, algunos soldados y gente muy importante que conoce acerca de la PFE.

—Caesar Grey..—habla una voz masculina a mi espalda y respiro profundo cuando la reconozco dándome la vuelta lentamente para encararlos después de tantos años.

«Benedict Maradov y Caela Lecrerc..»

El general del escuadrón rojo junto a su esposa, ambos son los mejores toxicólogos y médicos del mundo. Benedict y Caela tienen un expediente impecable de no participar en misiones pero si de hacer un increíble trabajo en laboratorios, hospitales y en mantener el orden en Suiza.

PASIONES ENCUBIERTAS [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora