El minotauro

312 6 0
                                    

Corrimos hacia la ventana y sin colocar un pie en la pieza de los engranajes saltamos, al llegar  hacia la parte baja de las escalerasfuimos deteniendo poco a poco y miramos hacia arriba asombrados. El Sincorazon era enorme, comparados con el no éramos más que simples hormigas. Tenía aspecto de minotauro, con sus grandes ojos amarillos mirando al frente, en la espalda se podía ver una gran maza imbuida en la oscuridad.

Aun cuando estábamos mirando hacia él, el dirigió su mirada hacia nosotros y de su alrededor empezaron a aparecer Sincorazones. 

El minotauro profirió un rugido ensordecedor que nos hizo poner en guardia. El combate empezó, los Sincorazones se lanzaron en carga y el minotauro levanto su gran mazo hacia al cielo con lentitud.

Nos miramos a los ojos y nos separamos, nos pusimos a cada lado del minotauro golpeando sus piernas y apartando a los Sincorazones que llegaban. Llevábamos rato intentando hacer que cayera, pero no servía de nada, por más que golpeáramos el simplemente lo ignoraba, era muy fácil prever sus ataques ya que tardaba bastante en levantar el mazo, aun así los Sincorazones no dejaban de aparecer, parecían infinitos. 

Estábamos bastantes cansados, llevaba las espadas arrastras por el suelo, solo las levantaba para cortar a algún Sincorazon, Ismael estaba igual o peor, a veces tenía que correr lejos y encargarse a parte de los Sincorazones.

La plaza parecía un volcán, tantos golpes con el mazo había levantado todo el suelo haciendo un agujero inmenso, cuando nos quisimos dar cuenta estábamos metidos hasta el fondo en una fosa rodeados por un bicharraco enorme. *Tajo vertical*, la espada atraviesa el estómago del Sincorazon y este desaparece, algo se abalanza a mi espalda, girándome con la espada en horizontal empujo al Sincorazon y lo atravieso en el aire, *Arañazo en el gemelo*, al girarme me encuentro otro Sincorazon apunto de clavarme nuevamente sus garras, atravesandolo de arriba a abajo caí por el peso de la espada y me quede sentado en el suelo. Un estruendo hizo vibrar todo mi cuerpo, seguidamente un golpe, asustado me gire y me encontré a Ismael boca abajo en el suelo, a su alrededor pedazos de armadura.

— ¡Ismael!.

Corrí a su lado apartando todos los sincorazones que le rodeaban, le di la vuelta y le levante el casco, estaba inconsciente, pero aun respiraba. Aparte su cuerpo y lo coloque en un hueco que había formado el minotauro con el mazo, en un arrebato de ira alejé a los Sincorazones colocándome en el otro extremo del boquete.

Soltando un grito corrí hacia el minotauro que lanzo un mazazo contra mí, echándome hacia un lado y aguantando el temblor salte hacia el mazo y subí por él, luego pasé por el brazo y me agarre a un brazal que tenía esperando a que elevara el mazo, cuando estuvo en el punto más alto salte a él y me coloque en su cabeza, era una superficie plana, tenía la sensación de estar colocado en una esfera de cristal. Hundí las espadas consecutivamente, primero la derecha y luego la izquierda así hasta que el minotauro rugió de dolor y sacudiéndome de su cabeza caí fuera del foso.

El minotauro se había colocado frente a mí, no me podía mover, tumbado boca abajo observaba como lentamente elevaba su mazo y se preparaba para asestarme el golpe final, la única esperanza que tenía era que no encontrara a Ismael y que por tanto esperaba resucitar si él fuera el líder.

Cerrando mis ojos y preparándome para el golpe sentí como algo atravesaba la carne, era extraño pensaba que iba  a hacer más doloroso, a ser verdad no sentí dolor. 

Algo pesado cayó al suelo, volví a abrir los ojos y me encontré al minotauro de rodillas y a su lado el mazo en el suelo, tenía las manos en los ojos, fijándome en el otro lado de la fosa estaba Yumiko con una sonrisa y a su lado Jeroham haciendo lo que parecía un saludo militar, yo sonreí y aun tambaleándome me coloque de pie.

Rodeando la fosa Yumiko y Jeroham se colocaron a mi lado un poco más adelantados.

—No te preocupes, este bicho es pan comido— Dijo Jeroham con una sonrisa en la cara.

Elevándose del suelo Jeroham invoco una bola de fuego y la lanzo contra el minotauro que se estaba intentando poner de pie, he hizo que este cayera hacia atrás provocando un gran temblor.

La adrenalina comenzó a fluir de nuevo y mis brazos empezaron a sentirse fuertes. Después de un buen rato el minotauro parecía ceder a nuestros golpes, casi cantando ya victoria el aura oscura del minotauro se volvió color rojo bermellón, sus ojos se tornaron azules cielos y seguidamente rojo sangre.

Nos quedamos mirando, no sabíamos lo que pasaba, en el momento en que vimos levantar el mazo volvimos a atacar aunque sin hacer gran cosa, parecía que el minotauro estaba ciego, no sentía dolor por nada. Lanzándonos hacia los lados conseguimos evitar por los pelos su ataque, esta vez había sido mucho más rápido, aun casi sin tiempo de levantarnos el minotauro lanzo un barrido con el mazo que nos golpeó a los tres mandándonos contra un edificio, levantándonos otro segundo mazazo nos mandó al lado opuesto de la plaza. 

Esta vez estábamos perdidos, el minotauro se había vuelto inmune a nuestros golpes, ahora era mucho más rápido que antes, no podíamos más, hacíamos turnos para levantarnos del suelo e intentar distraerlo para que no nos matasen, era demasiado, ya exhaustos en el suelo nos mirábamos unos a otros esperando lo peor.

En un pestañear de ojos, varios reflejos de luz rodearon al minotauro que sin tiempo a rugir apoyo una rodilla en el suelo, un último haz de luz más brillante apareció a la altura del cuello, se había formado una pequeña nube de polvo, entre medio se podía dejar ver una sombra de una persona, la sombra se dio la vuelta y guardo la espada seguidamente un estruendo, el minotauro a su espalda se calló en pedazos, literalmente, fuera quien fuera esa persona nos había salvado. Con las fuerzas justas pude ver como la nube de polvo se disipaba y dejaba ver a esa persona. Con los ojos abiertos como platos dije:

Reinado de corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora