Reinado de corazones

El ganador del torneo

Entrando en el edificio nos dirigimos a una sala con sillas y una mesa central que estaba vacía.

— Bueno, parece que ellos tampoco han llegado, tendremos que esperar.

Gilito se sentó y yo a su lado.

Suspiré y dije:

— Al final tantas prisas para acabar esperando.

Después de unos minutos se escuchó un murmullo que provenía desde afuera, seguidamente la puerta de la habitación se abrió y Yumiko paso riéndose en lo bajo y detrás de ella, discutiendo, Jeroham.

— Bien, por fin llegáis, sentaos.

Jeroham seguía murmurando en voz baja mientras se sentaba.

Un rato después la puerta se abrió dejando ver al encapuchado, aunque ya esta vez sin su capucha y dejando ver su cara ya más que conocida.

— ¡Ray!— me levanté del asiento y fui corriendo a saludarlo.

— Hey Rua— él me saludó con un choque de puños.

— Rua Ray sentaos, tenemos que hablar ahora que estamos todos juntos.

Me senté todavía emocionado.

— Con que tú eras el del torneo. ¿Al final quien ha ganado?.

Miré a Jeroham y a Ray.

Jeroham giró la cabeza con una expresión de enfado mientras Ray contestaba:

— Bueno, aunque Jeroham lo hizo muy bien he ganado yo.

En ese momento Jeroham intervino.

— Sabes que todo hubiera sido diferente, solo me había dejado para que no te sintieras mal luego.

— Ya, sé que es por eso — contestó Ray sin darle importancia a lo que de verdad había pasado.

— Bueno vamos a lo que vamos, tenemos una pequeña alerta, es probable que el Loco del acertijo ande suelto por aquí — intervino Gilito.

— ¿Y eso, que pretende? — pregunté.

— No lo sabemos, o bien puede ser porque haya un fragmento del colgante de alma, o porque viene tras nosotros.

— Bueno si viene tras nosotros simplemente le daremos su merecido — Dijo Jeroham cruzándose de brazos.

— Me temo que eso no va a ser posible, ese loco es mucho más fuerte de lo que creéis, probablemente si lucharais contra él perderíais sin remedio.

— ¿Entonces cuál es el plan? — pregunté.

— Sencillo, tendremos que buscar algún fragmento de alma evitando al loco del acertijo.

— ¿Y que pasa si él nos encuentra antes?

— Si nos encuentra sólo podremos huir o intentar luchar.

— Huir es de cobardes — murmuró en voz baja Jeroham.

— ¿Y en caso de que él encuentre el fragmento antes que nosotros?.

— Pues, simple, iremos en busca de otro.

— ¿Cuantos fragmentos se supone que hay?.