El espacio

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La nave despegó y salimos de Bastión Hueco, era increíble la vista que se veía, se podía observar lo enorme que es el mundo de Bastión Hueco y la cantidad de sitios que no salen en el videojuego.

Mientras Jeroham no paraba de hacerle innumerables preguntas al Tío Gilito, este le había cedido el sitio a Yumiko por que no paraba de quejarse, ella estaba amulada con los brazos cruzados mirando al suelo. Yo mientras tanto miraba hacia a fuera meditando.

— ¿Y en el espacio no hay otras naves o algo que pueda ser peligroso?— pregunto Jeroham al Tío Gilito.

— Bueno, normalmente no hay ningún peligro, pero siempre puede aparecer algún barco espacial —  Dijo en un tono sereno.

— ¿En ese caso estaremos preparados no? — pregunto Yumiko que tenía el oído atento en la conversación.

Tío Gilito rio y dijo:

— Hombre, la verdad es que algo de defensa tenemos, pero no como para derribar un barco espacial.

— Ya sabía yo que esta nave no servía para nada — resoplo Yumiko.

— Sí, es una auténtica chapuza volante—  rio Gilito.

Parecía que se lo pasaba bastante bien picando a Yumiko , cada dos por tres decía algo para ver como saltaba y parecía que lo conseguía, mientras Jeroham reía de espaldas a Yumiko. La verdad es que la situación era bastante graciosa.

Hacía rato ya que habíamos dejado de ver Bastión Hueco, el ambiente se había vuelto repetitivo y aburrido ya que lo único que se veía era el oscuro de la inmensidad, Yumiko se había quedado dormida, y Jeroham y el Tío Gilito conversaban sobre enemigos y formas de luchar y otras cosas a las que no prestaba atención.

Apoyándome en la pared poco a poco me fui quedando dormido, acunado por el sonido de los motores y de fondos las palabras de Tio Gilito y Jeroham.

De un brinco me coloque de pie, un estruendo había golpeado la nave y me había desvelado. Mirando a mí alrededor me encuentro a Yumiko gritando como una histérica y Jeroham y El Tío Gilito intentando mantener la nave estable.

— Qué demonios pasa — pregunté.

— Nos ataca una banda de piratas espaciales — contesto Tío Gilito sin quitar las manos de los mandos de la nave.

Dirigí mi mirada hacia afuera para ver unas 3 naves poco más pequeñas que la nuestra, de un color malva oscuro, eran mucho más veloces que la nuestra y estaban dando vueltas en círculos alrededor nuestra.

— ¿Y no podemos hacer nada? — pregunté.

—No podemos contestar a sus disparos, nos han inutilizado las armas, estamos a 5 minutos de Villa Crepúsculo, la tenemos a nuestra espalda, pero no nos dejarán entrar a no ser que los distraigamos.

— ¿Y cómo hacemos eso? —Pregunté.

— No se me ocurre nada, si no, ya lo habría dicho — contesto el Tío Gilito.

— ¿Hay alguna posibilidad de que alguien salga afuera y destruya las naves? — pregunté mientras ideaba un plan.

— Bueno, la posibilidad existe pero sería muy peligroso, en caso de que cortasen el tubo de aire o le alcancen con un disparo no habría ninguna posibilidad de salvarlo — añadió el Tío Gilito.

— ¡ Pero si no hacemos algo moriremos todos !— dijo Yumiko con un tono nervioso

— Yo lo haré— Contesto Jeroham que llevaba un tiempo sin hablar

— ¡ No, tu no, que ni se te pase por la cabeza, que vaya Rua, que no tiene nada que perder ! —contesto Yumiko.

Quería contestar pero en pequeña parte tenía razón, prefiero morir yo, a tener que tomar en la conciencia la muerte de Jeroham.

— Yo tengo ventaja, si salgo puedo usar la magia, el no podrá hacer nada — respondió Jerohan.

Gilito afirmo con la cabeza. Yumiko solo ladeaba la cabeza en señal de negación, después de una breve conversaciones entre ella y Jeroham, al final no le quedó otra que resignarse.

— Bien, solo intenta distraerlos, no te arriesgues a cosas innecesarias, ¿entendido? — Le sermoneo el Tío Gilito.

Jeroham solo afirmaba con la cabeza, colocándose el traje salió por la escotilla de la nave, no sin antes crear un pequeño vacío en la nave.

Agarrado por un arnés, Jeroham salió al espacio y se rodeó por un muro de tierra mientras lanzaba bolas de energia.

Poco a poco nos fuimos acercando a Villa Crepúsculo, Jeroham había conseguido alcanzar a una nave y le estaba resultando bastante sencillo, antes de entrar ya solo quedaba una nave.

Jeroham consiguió atinar a la última nave, que profirió un estruendoso ruedo, de nuestros labios se profirió un grito de alegría.

Llegamos a una explanada y al abrir la compuerta para sacar a Jeroham.

— ¡ Pero que ! — Grito Yumiko

Al mirar, nos percatamos de que Jeroham no estaba allí, el cable que lo sostenía, al parecer, había sido cortado, en el techo de la nave había una abolladura.

— ¡ Que está pasando aquí, no puede ser, donde está mi Jeroham! — grito Yumiko mientras zarandeaba al Tío Gilito

— Si me sueltas podré investigarlo.

Yumiko lo soltó o más bien lo empujo y empezó a echarle la culpa de lo que había pasado, mientras tanto Gilito sin hacer caso empezó a investigar la nave.

¿En el caso de que Jeroham haya caído en el espacio, cuanto tiempo de oxigeno tendría? pregunté poniéndome en el peor de los casos.

En ese momento, Tío Gilito se detuvo y corrió de vuelta a la nave, Yumiko se calló y dándose cuenta de la situación corrió detrás del Tío Gilito, yo sin enterarme de nada les seguí.

— ¡Que sucede! — pregunte un poco alterado.

— Está en el espacio — contesto secante el Tío Gilito mientras ponía en marcha la nave

— ¡Que! ¿ y cuánto tiempo le queda de oxigeno ? —pregunté

— Poco, si damos el caso de que la válvula de emergencia del traje se haya cerrado — contesto Gilito despegando con la nave.

Yumiko estaba temblando, Gilito estaba llamando a otras naves por radio para que ayudaran en la búsqueda. Esta vez no existía la posibilidad de que Jeroham se salvara como con Sefirot.

Al salir al espacio, contando con la nave donde estábamos, éramos unas 4 naves, todas parecías en tamaño pero de diferente formas, no sabíamos si seriamos capaces de encontrar a Jeroham pero sabía que si no lo hacíamos ya estaría perdido.

Reinado de corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora