Reinado de corazones

El poder de las armas

— ¡T-tu!.

Era Ismael, que con un andar de película salía de la nube de polvo, Acercándose a nosotros sonrió y sacudiéndose las manos dijo:

— Ala, esto ya esta.

Yo reí y me desplome exhausto, al despertar me encontraba en una habitación bien iluminada. Con un poco de dolor me levante y me senté en el final de la cama, estaba en la habitación de algún hotel, supongo que en la que Gilito había hecho una reserva. Era muy bonito, la cama era bastante amplia, a cada lado una mesa de noche con pinta de ser antiguas, encima dos lámparas, en frente al lado de la puerta, un gran armario empotrado contra la pared y a la derecha de la habitación una cómoda.

Al salir de la habitación estaban todos reunidos en el sofá en el centro del salón.

— Vaya por fin te levantas —Dijo Gilito con una sonrisa levantándose para ir a buscar una taza de té.

Me dirigí al sofá y me senté. Casi no pude disfrutar de la taza de té, Jeroham me miraba con cara de ansioso, al parecer estaban esperando por  mí.

— Ya podemos empezar — dijo Jeroham en el momento en que la taza toco la mesa.

— Haber lo primero es lo primero, ¿qué hacíais vosotros a esas horas en la torre del reloj? — Pregunto Gilito un poco enfadado.

— Fuimos a comprar-Nos desviamos del — contestamos a la vez Ismael y yo delatándonos.

Nos miramos simultáneamente y suspiramos.

— os dije que no debíais hacer la guía turística, por la noche esto se vuelve muy peligroso, si no llega a ser que me avisaron de que algo extraño apareció cerca de la torre del reloj y no hubieran ido Jeroham y Yumiko a ayudaros, tal vez hubierais corrido otra suerte.

— Pero si no hubiésemos estado hay, que, a saber qué hubiese pasado, tal vez gente inocente podía haber muerto.— conteste un poco enfadado.

—La gente sabe lo que hay, no son como vosotros, además, los Sincorazones de esa categoría solo se presentan cuando un gran poder es percibido en su zona — Contesto Gilito.

— Bueno vale, tal vez tenga razón, pero realmente quien lo mato no fueron Jeroham y Yumiko, fue Ismael.

Acordándome en ese momento de lo que había sucedido, mire a Ismael y le pregunte con la boca abierta.

— ¿Cómo demonios hiciste aquello?.

El sonrió y dijo.

— No lo sé, cuándo me levante os vi a ustedes volando por los aires, en lo momento que di un paso me sentí mucho más ligero, casi como si flotase, sin darme cuéntame ya había subido al monstruo y estaba saltando de parte en parte acabando con él.

— Mmmm que extraño, tal vez sea esa armadura tuya, ese brillo no es muy común, déjame ver —Gilito se levantó del sofá y cogiendo una lupa que tenía en un pequeño bolsillo se acercó a Ismael y examino su armadura.

—Vaya..., Interesante, parece que lo que tienes hay es una armadura laminada, algo no muy común la verdad.

— ¿Armadura laminada, eso que quiere decir? — pregunto Ismael con curiosidad.

— Una armadura laminada es un objeto poco común, todas las que había visto estaban en libros, hasta ahora.''-contesto Gilito aun pensativo.

Ismael miro hacia nosotros un poco desconcertado y movió los hombros como si aún no entendiese nada.

— Veras una armadura lamina es una armadura echa para espadachines que posean una gran velocidad, esta armadura cuando es golpeada se desprenden pequeños trozos, haciendo que a cada golpe que reciba el portador, esta sea más ligera, por tanto, mientras que recibes golpes te vas haciendo mucho más rápido, mientras caminas con esa armadura esta hace que tu cuerpo se acostumbre a su peso, si te acostumbras a llevar una armadura de 40 Kilos, cuando hallas recibido muchos golpes sentirás que tu cuerpo notará la diferencia de peso y tu velocidad aumentara — dijo Gilito al ver la cara de Ismael.

Ismael miraba para nosotros alucinado.

— Pero hay algo que no entiendo, ¿Cómo es que después de haberse laminado vuelve a conservar el estado natural ? — pregunte.

— Veras, como sabrás cada uno de ustedes es sometido a una prueba de elección de armas, dependiendo de vuestras decisiones y de vuestra forma de ser se os asigna un equipo en concreto, cada equipo es especial a su manera, al parecer esta armadura es capaz de regenerarse sola después de cada combate y no solo eso, esta armadura lamina es mucho más pesada que una armadura laminada normal y eso es lo que aún no he logrado entender — contesto Gilito

— Tal vez sea que la armadura poco a poco va aumentando de peso a medida que quien la lleva es capaz de soportarlo — dijo Yumiko.

— Si, puede que sí, eso solo lo podremos saber a medida que Ismael se entrene — dijo Gilito aun sin estar convencido

— ¿Ahora mismo cuánto pesa? — Pregunto Ismael.

—En el baño hay una pesa, primero pésate sin la armadura y luego con ella y trae los resultados —contesto Gilito.

Ismael se levantó y se dirigió hacia al baño, mientras miraba como se alejaba con curiosidad.

— Espera, espera, espera, ¿estás diciendo que nuestras armas tienen poderes especiales? — pregunto  Jeroham ilusionado.

— Si, bueno, eso es lo que suele pasar, aunque hay casos en que el poder es tan fuerte que el portador no lo descubre después de mucho tiempo, he incluso hay gente que no es capaz de dominarlo por sí mismo, a veces los poderes son habilidades propias del equipo, entre el portador y el arma se forma un vínculo que crece según vayan luchando juntos, en el caso de Ismael la armadura ya tenía el poder en si cuando la recibió, pero él tiene que ir perfeccionándola poco a poco, pero tal vez ustedes tengan que despertarlo primero.

— ¿Y cómo se hace eso? — volvió a preguntar Jeroham.

— Pues como bien he dicho entrenando duro y entablando una relación con vuestros equipo — contesto Gilito sonriendo.

— Guay, estoy deseando ponerme a trabajar — dijo Jeroham riendo emociónado.

Mientras pensaba en el tema de las habilidades y de si iba a ser capaz de descubrir la mía un ruido me despertó de mis pensamientos, el sonido de algo que se había roto proveniente del baño.

— Mieeeerda, me he cargado la pesa — dijo Ismael saliendo del baño y mirando para nosotros un poco asustado.