El extraño sueño

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Al día siguiente me levante con los ojos legañosos, el fuego ya hacía tiempo que se había consumido, a la vista, solo quedaban las espinas de los pescados, mire la hora en el móvil y lo guarde, yo solo pensaba quien podría ser la persona de anoche. Me lave la cara en el mar y pensé cuánto tiempo más iba a permanecer allí, si realmente estaba solo en la isla o esa persona estaba conmigo, quería agradecerle lo que hizo por mí y ver si podría sacarme de aquí.

— Bien, esta noche estaré preparado, empezaré desde ya para que no me pille el toro, haré un banquete para cuando la persona venga a verme poder darle las gracias como dios manda. No creo que consiga encontrarla, ayer me recorrí todo el lugar y no vi rastro, seguro que vendrá esta noche — dije con los ojos brillando y una amplia sonrisa.

Empecé a caminar mientras iba cogiendo todo lo que veia a mi paso: Ramas, palos, caracolas, cangrejos... No podía agarrarlo todo de una sola vez, así que, con ayuda de la blusa fui llevándolos poco a poco a la cueva.

Cuando estuve satisfecho de todo lo que tenía, fui a disfrutar de la playa, bañándome, relajándome en la arena, jugando a las carreras de cangrejos, haciendo rebotar las piedras en el agua y cantando en voz alta, solo me falta el vino para parecer un auténtico pirata borracho, pero lo más feliz que me hacía era el poder ver a la persona esta noche, saber cómo es y cómo ha llegado aquí.

El tiempo se hacía eterno, no veía el momento de que anocheciera, de los nervios ya tenía todo preparado, la hoguera ya hacía rato que ardía, con lo que recogí en la isla hice unos pinchos de marisco y había colocado algunas hojas de palmera en forma de cojín para el suelo, no podía estarme quieto, me movía de un lado para otro, pensando en la cantidad de preguntas que tenía que hacerle y con la esperanza de por fin salir de aquel lugar.

Se hizo bastante tarde, estuve esperando por horas a que llegara, pero nunca apareció, a medida que pasaba el tiempo las ilusiones y las ganas de ver quién es fueron desapareciendo, al final el cansancio pudo conmigo y me dormí.

De repente me desperté a mitad de la noche, un ruido me despertó, ilusionado cogí mi móvil y salí a mirar, en el instante que puse un pie fuera, un golpe. 

— Pum

Me dio en la cabeza y caí al suelo, perdí todos los sentidos a excepción del auditivo, pude escuchar cómo me metían en una especie de saco y hablaban entre ellos.

— Tenemos que llevárselo al jefe, no debería suponer ningún problema eliminarlo ahora.

— Señor, ¿por qué este sujeto es tan peligroso para la misión? Solo parece un pobre muchacho.

— ¡Cállese Scroch eso no le incumbe!

— ¡Si señor!

— ¿Qué es lo que pretenden ellos? Yo solo quiero irme de aquí — pensé mientras ellos comenzaban a andar. 

Poco a poco voy perdiendo mi conciencia, pero antes escucho algo que me llama la atención.

— Pero ¿quién eres tú? Anda muchacha corre a tu casa.

— ¡Señor estamos rodeados!

— ¡No puede ser! Scroch asegure la misión, lleve al muchacho a la barca.

— ¡Si se...!- Un sonido de algo clavándose en la carne, y luego...

— Puf — como si fuera polvo algo desapareció.

— ¡No, mierda!- El mismo sonido volvió a ocurrir, esta vez sonó como si hubiesen dado al hombre que me llevaba. 

Caí al suelo a causa de que lo que me mantenía en el aire había desaparecido y con el golpe contra el suelo perdí el conocimiento.

— Tú eres el elegido, el que ha de salvar los mundos de lo inesperado, todo lo que ves no son más que sueños, sueños de personas que han de llevarse a cabo y que si no luchas por ellos jamás se cumplirán, tu historia comienza aquí, la historia de un muchacho real metido en el mundo de los sueños, la historia de tu existencia.

Abrí los ojos y me encontré en una habitación plagada de libros, la luz era bastante abundante y el polvo de aquella habitación parecía tener vida, al parecer, estaba acostado en una cama que parecía que llevaba bastante tiempo sin ser usada. Estaba llena de parches y arreglos caseros, tenía pinta de no poder aguantar mucho peso, suerte que soy poco más que un palillo y eso no suponía ningún problema

— Agg que dolor de cabeza, debe ser a causa de ese raro sueño— dije mientras me sentaba en la cama apoyando la palma de mi mano izquierda en la frente.

Palabras resonaban en mi cabeza como si de un disco rayado se tratase. 

— Mi existencia, mundo de los sueños, ¿qué es esto?¿un videojuego? Sin querer elevé la voz y el dolor de cabeza se agudizó.

— ¡Joder! grite intentado sacarme ese sufrimiento de encima.

Al instante, alguien llamó a la puerta y entró en la habitación con una bandeja con tazas de té y su tetera a juego mirándome con cara sonriente

— ¡Buenos días!.

 Me dijo eso como si fuera lo más normal del mundo, que lo sería , pero no en este caso...

— T-tu-tu-tu.. er-s Ere-s dije tartamudeando de asombro.

Reinado de corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora