El aprendiz de Gilito

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Al escuchar a Mickey me hizo recordar a cuando los payasos de la televisión te preguntaban lo mismo y tu gritabas como un loco. La puerta se abrió y dentro de la sala había una nave enorme color azul. Tenia el tamaño de una casa, Gilito al verla se quedo con la boca abierta, intentaba pronunciar palabras pero solo podía balbucear ante semejante cosa.

 — Te gusta verdad, llevábamos mucho tiempo queriendo usarla, Sora tenia ya su propia nave así que esta estaba abandonada. Pasad, miradla por dentro.

 Con la boca aun abierta entramos en la nave, por dentro era como una casa, la cabina estaba a la derecha de la puerta, a la izquierda un pequeño salón con varias puertas que conducían a las habitaciones. La cocina estaba en frente de la entrada, cada habitación tenia su propio baño con ducha, vasija y lavamanos. En la cocina había una trampilla que dirigía a un pequeño sótano donde estaban todas las provisiones del viaje.

  — Entonces que ¿os gusta o no?.

 Gilito no hizo mas que afirmar sin parar con la cabeza.

  — Pues bien ya esta todo listo, solo faltaría que pongáis rumbo a donde vosotros creáis conveniente, os dejo ya, tengo asuntos de rey que atender — dijo riendo.

 Detrás de el se despidió con un pequeño saludo Unko.

  — ¿A donde vamos entonces Gilito? — preguntó Jeroham.

— A un mundo que no conozcáis del videojuego, ¿que tal, Monstruos S.A.?.

— ¡En serio existe ese mundo!, vayamos pues, estoy deseando conocer a Sully — dije ilusionado.

— Que bien, yo también tengo ganas de ir — dijo Yumiko sonriendo.

— Rumbo pues — dijo Gilito mientras se sentaba a los mandos.

El trayecto iba a ser largo así que Gilito puso el piloto automático y se dirigió a la sala de estar, yo en cambio me quede en el balcón de la nave mirando al espacio intentando contar las estrellas. En el salón estaba todo muy tranquilo Jeroham y Yumiko no estaban y Gilito estaba leyendo el periódico con su singular monóculo. Me senté justo en frente de el y me fijé en la contraportada del periódico:— Noticia de ultima hora: El loco del acertijo vuelve a acabar con la vida de otra persona en Villa Crepusculo.Un poco asustado y preocupado le pregunte a Gilito.

— ¿Has visto la noticia de la contraportada?.

El le dio la vuelta al periódico y después de un rato en silencio hablo.

— Si, parece que este asesino se esta volviendo bastante famoso, se cree que es uno de los componentes de Los Latidos.

— Esa victima de la que se habla... . ¿No podría ser Ismael? —

— No te preocupes, si hubiese sido el ya nos lo habrían dicho, además no creo que Ismael se deje vencer tan fácil por un asesino que solo mata a gente inocente.

— Tienes razón .

Seguidamente Gilito continuó leyendo el periódico y yo me tumbé en el sofá a ver la tele.

— El asesino de los acertijos vuelve a atacar, testigos dicen que antes de matar a la victima este le planteo el siguiente acertijo: Cuando me nombras desaparezco. —

— El silencio — contesté en voz baja.

— ¿Te lo sabias? — me pregunto Gilito un poco asombrado.

— Si, bueno, ese acertijo es de una película, es uno de los pocos que conozco, lo que no entiendo es porque le dijo el acertijo.

— Ese asesino tiene la manía de decirle un acertijo a su victima, si esta atina el la deja con vida.

— ¿Y nadie a tratado de pararlo?.

— Nadie de los nuestros a tenido la posibilidad de enfrentarse a el y somos muy pocos como para perseguirlo y dejar nuestra espalda descubierta.

— Ya, comprendo.

Después de un buen rato aburrido en el sofá Gilito se levantó y fué a la cabina dejándome solo. Cogiendo el periódico mire más detallada la información del famoso asesino, en ella aparecía una lista de diez personas y a su lado una serie de acertijos, la mayoría eran acertijos conocidos que había escuchado en algún lado, aunque no de todos sabia la respuesta. Colocando el periódico encima de la mesa de cristal y acostándome en el salón me quede dormido. Un golpe en la cabeza me despierta y cuando abro los ojos me veo en el suelo tirado.

— Que pasa.. — susurre en voz baja mientras me frotaba en el lugar del golpe.

La nave se tambaleaba un poco más de lo habitual, dirigiéndome a la cabina con cuidado de no desequilibrarme y caer.

— Bien, solo intenta mantener la nave estable, si vez que se te descontrola mucho siempre puedes darle a esta palanca de aquí que hará que la nave se estabilice automáticamente.

Gilito estaba de pie al lado del asiento del piloto enseñando a Jeroham a manejar la nave.

— Eso es, sigue procurando que el marcador este recto.

— ¿Así?.

— Si, muy bien, aprendes rápido.

Gilito parecía contento de poder enseñar a alguien lo que sabía. Poco a poco la nave comenzó a estabilizarse hasta llegar un momento en el que parecía que era pilotada por un autentico piloto.

— Muy bien ya lo tienes — Dijo Gilito riendo.

Después de explicarle unas cuantas cosas mas Gilito abandonó la cabina y dejó a Jeroham que pilotara la nave sola.

— Que, muy difícil o que — Le pregunté.

— Na, al principio un poco pero luego se le coge el truco y es fácil

— ¿Y ya sabes manejar el radar y el mapa?.

— Claro, eso es fácil solo un poco de lógica y ya esta.

— Que bien tío, dentro de poco serás el copiloto de la nave eh — dije riendo.

Después de un rato sentado en la cabina, un pequeño eco salía del radar.

— ¿Quieres entretenerte un poco Rua?.

— ¿A qué te refieres?.

— Ya verás — dijo con una sonrisa que asustaba.

Poco a poco la nave empezó a ganar velocidad y del radar empezaron a emerger del frente unos puntos rojos que se aproximaban a la nave.

  — No sé porque pero esto no me da buena espina — dije agarrándome al pozabrazos.

Del fondo del espacio unos pequeños asteroides empezaron a salir dirigiéndose a nosotros, o mas bien nosotros a ellos.

— Esto será divertido.

La emoción de Jeroham se podía ver claramente mientras la nave comenzaba a vibrar de la velocidad.

— Ponte el cinturón Rua no vaya a ser que vayas a llegar rodando al sótanos

Reinado de corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora