III. Primer día

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Conversar con Deku cada día en el hospital me gustaba, era una forma de intentar entenderle un poco mejor cada vez. Aunque me preocupaba mucho, ver que su mirada había perdido todo el brillo que tenía me dolía, no lo sabía entonces, pero me dolía mucho. Tampoco voy a dármelas de que intenté animarlo, pues no soy yo el rey de las carcajadas o de la amabilidad, así que supongo que estando solo conmigo en el hospital, poco podía hacer, la verdad... pero ver cómo se enfadó cuando All Might parecía haber perdido también la fe en él... sé que no lo dijo en ese sentido, joder, pero tamibén se hubiera podido morder la puta lengua. O sea, al fin y al cabo él también conoce a Deku y sabe que eso le iba a sentar como una jodida patada en los huevos. Pero bueno, supongo que también tenía que sacar la mierda y fue su manera.

Lo que me sorprendió más ese último día en el hospital fue la enana esa, Eri. Lo que la niñata esa proponía no iba a lograrse pero... quizás era lo único que podía salvar a Deku... o eso pensé en ese entonces. En este mundo es todo demasiado complicado y hay demasiada gente que intenta manejar las cosas por detrás. Pero si la cría esa podía devolverle el brillo a los ojos pues mira tío, tenía que intentarlo... aunque bueno, en ese entonces pues tampoco tenía claro porqué mierda quería que le volvieran a brillar los ojos...

- ¡Bakugo! -gritó Kirishima al otro lado de la puerta- Venga Bakubro, que vamos a llegar tarde a clase por tu culpa, ¡esto no es propio de tí! Si te la estás jalando ya podías hacerlo por la noche... ya sabes un buen Vladimir... -no terminó la frase, pues Bakugo ya salía por la puerta, despeinado y con cara de sueño pero al menos vestido.

- Eres un toca-pelotas Kirishima y un grano en el culo, ¿te lo he dicho nunca? -dijo entremedio de un bostezo mientras cerraba la puerta de la habitación.

- ¡Sí! -dijo riendo- ¡Y tu mejor amigo!

Kirishima tenía todo el buen humor que a Bakugo le faltaba siempre. Hoy más que nunca. Deku volvía a la UA. Tras la ceremonia de los de tercero y hasta empezar las clases Deku estuvo durmiendo en casa de su madre, Inko había estado muy preocupada por él tras la batalla y no le dejaba solo ni un minuto, o eso decía la madre de Bakugo, que andaba más por casa de los Midoriya que por la suya propia. Pese que Bakugo no tenía la mejor de las relaciones con su madre, sí que se llamaban para las cosas importantes y Mitsuki, aunque su hijo no se lo había dicho directamente, sabía que Izuku era importante para él. Así que le iba mensajeando con novedades.

Mitsuki: Hola descerebrado, ¿ya duermes bien? Espero que sí, tras la batalla seguro que debes andar teniendo pesadillas o algo, al menos se ve que así está Izuku... por las noches le oigo despertarse, a veces ni la propia Inko logra calmarle... hoy les llevaré Katsudon, sé que a él le encanta.

Mitsuki: Podrías al menos contestar a tu madre, pero bueno supongo que si no dices nada debe ser que estás con tus amigos, a no ser que te la pases encerrado en tu habitación, cosa que comprendería... veo que así lo hace Izuku estos días, me dijo Inko que no provó el Katsudon...

Mitsuki: Katsuki, tu padre y yo nos vamos a ver a la abuela, ha empeorado y bueno, puede que tengamos que estar ahí unos días dando apoyo. Si puedes pásate a llevarle algo de comer a Inko, hoy Izuku vuelve a la UA y sin estar yo en casa... por un favor que te pido contéstame al menos, anda. No quiero que esté triste, asi le das reporte de qué tal ha ido el primer dia de Izuku, ¿vale? Vamos mocoso... no seas impertinente como siempre y haz caso a tu madre por una santa vez en tu vida.

Katsuki: Está bien, a las 20h pasaré y le dejaré algo de comida de tu parte.

A veces la relación entre Mitsuki e Inko incomodaba a Bakugo, su madre la trataba como a una hermana y eso medio convertía a Izuku como en su hermano, cosa que de pequeño le enfermaba... y bueno ahora de mayor le suponía otro tipo de sentimientos.

Tras la guerra [BKDK] 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora