XXIV. ¡Escúchame!

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- ¡Kacchan! -el grito de Eri inundó la habitación. Esa semana ya volvía a su habitación, con Aizawa. Debían esperar los resultados de distintas sintecizaciones de su don así que no tenía sentido que se quedara en las instalaciones médicas. Tanto ella como Izuku volvieron a sus vidas normales y lo primero que pidió Eri fue volver a sus entrenos físicos con Bakugo.

- ¡Eri-chan! -la abrazó- ¿Estás bien? ¿Te encuentras bien? ¿Te hicieron daño? -miró su cicatriz en la frente- ¿Qué...?

- Tranquilo Kacchan, estoy bien de verdad, pronto podré ayudar a mucha gente igual que Deku y tu -sonrió ámpliamente la pequeña-. Estoy muy feliz. -Bakugo sonrió, se dió cuenta entonces del collar de la pequeña.

- ¡Eh! ¿Te gustó mi regalo? -dijo señalándolo.

- ¡Muchísimo! -lo agarró- Cada mañana me levantaba y lo presionaba, así parecía que aún estuviéramos entrenando juntos Kacchan.

- Así que no dejaste de entrenar, ¿eh? -dijo acariciándole el pelo.

- ¡Claro que no! -dijo hinchando sus mejillas- ¡Me haré tan fuerte como Deku y tu!

- ¿También querrás convertirte en una heroina como Deku?

- ¡Y como tu!

- ¿Yo? -bajó la mirada- A penas pude hacer demasiado, si no fuera porqué me salvaron...

- ¡Kacchan! -el tono de la niña era de enojo- ¡Eres muy fuerte! Yo te quiero tal que así, no hace falta que seas siempre el más fuerte... -le tomó la mano- Puedes estar triste de vez en cuando pero tienes que prometerme que siempre volverás a sonreir.

- Eres igual que él... -dijo con una sonrisa mientras se sentaba y la subía en su regazo- Me recuerdas mucho a Deku.

- ¿Ah sí? -Bakugo la miró, vio en ella esa misma luz que desprendían los ojos de Izuku. Sonrió.

- Sí. Él siempre... -mira hacia el techo- Sabe ver lo mejor de cada situación, de cada persona... No importa cuan negro esté todo o cuan negra sea el alma de su adversario... Él siempre encuentra la manera de voltear el mundo y hacer que el vaso esté medio lleno en vez de medio vacío. -la pequeña miraba a Bakugo con ojos tiernos.

- Kacchan... Tu... Amas mucho a Deku, ¿verdad? -le dijo con ternura.

- Creo que sí enana... creo que sí... -sonrió.

- Y... -le miró a los ojos- ¿Le querrías igual... aunque su don no hubiera vuelto?

- Creo... -la miró con ternura- que lo he querido des de siempre, así que... Me daría igual si tuviera don o no, solo quiero que sea feliz y, si puedo, estar a su lado para disfrutar con él de esa felicidad.

- Kacchan... yo creo que... -dudó- Deku también te quiere mucho.

- ¿Eso crees? -sonrió.

- Sí. Siempre que Deku habla de ti lo hace con mucha admiración, igual que haces tu.

- Vaya -sonrió-. Quizás debería decirle algo a ese nerd antes de que sea demasiado tarde.

- ¿Tarde?

- Suelo tener tendencia a jod... -se aclaró la garganta-... estropear todo. Tengo miedo de perderle.

- No puedes tener miedo a perder algo que aún no tienes Kacchan, no tiene sentido. -rió la pequeña.

- Quizás tienes razón. -bajó a Eri de su regazo y se levantó volteando la cabeza. Una lágrima se asomaba y no quería que la pequeña lo viera.

Tras la guerra [BKDK] 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora