XXII. Un mar oscuro

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Tras su discusión con Izuku, Bakugo se quedó tirado en el suelo, mirando al vacío. Mina topó con eĺ, hubiera podido ser cualquiera pero fue la pelirrosa. Intentó hablarle pero Bakugo no respondía. Lo levantó y lo llevó a la enfermería.

- No se preocupe señorita Ashido, el joven Bakugo está bien -dijo Recovery Girl-. Parece solo estar en un estado de shock. Deja que se quede aquí hasta que se recupere.

- ¿Puedo... quedarme con él? -no quería dejar a su amigo solo, sentía que algo iba demasiado mal.

- Claro. -sonrió.

Mina no podía evitar sentir punzadas en su corazón. Había visto a Bakugo ir tras Izuku, así que seguramente habían hablado. Bakugo mencionó algo sobre el don de Izuku durante su pelea, al estar cerca lo había podido oir. ¿Izuku había recuperado el OFA? No entendía nada, pero al parecer algo había ocurrido con el don y Bakugo estaba de algun modo involucrado. Lo miró. Parpadeaba lo justo para que no se le secaran los ojos y respiraba de una forma muy sutil, como si con cada respiración dejara escapar parte de su vida.

- Bakugo... ¿qué te ha pasado? -lloró la pelirrossa- ¡Háblame por favor! No puedo verte así... Bakugo por favor...

- Deku...

- ¡Bakugo!

Poco a poco fue volviendo en si, como si los llantos de Mina lo hubieran llamado. Mientras volvía en sí, una sensación de dolor inundaba su pecho, los recuerdos de qué había pasado le ardían en el corazón, creando mares de lágrimas que empezaron a salir rodando por sus mejillas. Mina no sabía qué hacer, ¿debería irse? Sabía que a Bakugo no le gustaba mostrar su vulnerabilidad delande de los demás, pero no podía dejarlo así.

- Ashido...

- Ni que me pidas que me largue lo hago, ¿vale? -dijo ella llorando también.

- ¿Por qué lloras? -dijo sorprendido.

- Pues... no lo sé... -lo miró tierna- Verte así me duele mucho y me sale solo. Porqué creo que no quiero que me digas porqué estás así... -lloró más- Creo que sé el porqué y no quiero aceptarlo...

Bakugo derramó más lágrimas. Su corazón no podía soportar el dolor que sentía, quería dejarse ir pero aún le costaba, pese a la confianza que tenía con Mina.

- Ashido... no... -las lágrimas de Bakugo no cesaban, y las de Mina lo seguían- No pude... Él...

- No hace falta que me lo digas... -le abrazó, él le devolvió el abrazo- Katsuki... -Bakugo sintió como si el abrazo llegara hasta su mismo corazón, frenando así el sangrado de los golpes que recibió- Lo arreglaremos, ¿vale?

- Mina... -la abrazó con más fuerza- Creo que no tengo arreglo.

Mina acompañó a Bakugo a su habitación y éste le contó todo lo sucedido, inclusive todo lo de Eri. Se quedó allí todo el jueves, sin salir. Lo fue a ver por la noche, seguía en la cama, acurrucado como lo dejó la noche anterior. No quería comer, a penas hablaba. Mina logró conversar con él lo justo para que aceptara ayuda de una conocida de su madre que era terapeuta. No sabía si funcionaría, pues Bakugo era reservado y seguramente no quisiera hablar demasiado. Pero al menos aceptó y eso ya fue un gran logro.

El viernes tampoco fue a clases. Mina habló con el profesor Aizawa sobre la situación de Bakugo y éste se mostró comprensivo. Sabía que Izuku reaccionaria mal, pero no se esperaba que fuera a ser así. De hecho, el pecoso mostró también un cambio en su comportamiento. Pidió a Ochaco que le cambiara la mesa en el salón de clases y al profesor Aizawa ponerlo en otro grupo de entrenos. Se paseaba por el salón con la mirada sombría y a penas mediaba palabra con nadie.

Tras la guerra [BKDK] 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora