Tras la guerra [BKDK] 🔞

XXXV. Déjame ser tuyo

Izuku llegó media hora antes de lo acordado a la habitación de Bakugo. Lucía un traje rojizo muy ceñido, lo había comprado expresamente para la ocasión. Quería que Bakugo lo viera bonito para él. Se puso una camisa verde y optó por no usar ni corbata ni pajarita, dándole un aire más descabellado. Quería romper con su aspecto de niño bueno, en parte para que Bakugo se sintiera más atraído por él y en parte porqué le gustaba parecerse más a su cenizo.

Llamó a la puerta y oyó a Bakugo renegar, como Izuku esperaba, no estaba listo para salir todavía. Era consciente que eso del baile no era algo que a Bakugo le gustara, seguramente si no fuera por Izuku y por la estrategia para que Kirishima y Mina estuvieran al fin juntos, Bakugo no hubiera ido al baile. No le gustaba bailar, tampoco le gustaban las multitudes y mucho menos tener que ponerse "un disfraz" -como lo decía él- para ir. Izuku sonrió al oírle, se le notaba nervioso. Quiso llegar antes para poder disfrutar de un rato a solas con su chico, a penas durante la semana habían tenido tiempo entre las clases, estudiar y entrenar.

Bakugo abrió y sus ojos se abrieron, mostrando un gran asombro al ver la figura que se imponía ante él. El rostro sonriente del pecoso se fundía con el traje que llevaba, pues al ver la reacción de Bakugo no pudo evitar sonrojarse. Bakugo observó cómo el traje le marcaba la cintura y se ceñía perfectamente al cuerpo de Izuku, sonrojándose al ver que éste le acercaba una rosa del mismo color que la que él llevaba.

- H-has llegado pronto, nerd -tomó la rosa y se giró indicándole que pasara-. Aún no estoy listo.

- Quería estar un ratito a solas contigo. -sonrió mirando la armilla que estaba en la silla. Se notaba que a Bakugo lo de llevar traje no le gustaba, la última vez que lo vio con traje también llevaba una armilla que le prestó Kirishima.

- ¿Y eso? -Izuku rió al oír las palabras salir mientras el cenizo se limpiaba los dientes.

- Bueno... -se sentó en la cama y miró hacia el techo- Esta semana no hemos casi podido hablar -posó su antebrazo sobre los ojos-, y cuando eso pasa me pregunto si... ocurre algo... -Bakugo volteó a verle, entendió que Izuku se tapaba para evitar que lo viera lloriquear.

- ¿Por qué iba a pasar algo? -se enjuagó y se sentó al lado del pecoso.

- A penas hemos... -Izuku sabía que era pronto para Bakugo pero necesitaba compartir con él su inquietud. Ellos ya habían tenido sexo antes de formalizar su relación de pareja, antes de que pasaran todas esas cosas que querían olvidar. Izuku no podía evitar pensar en Bakugo cada noche, en estar con él,m pero Bakugo todavía no podía a penas darle un beso siquiera- Des de los fuegos artificiales... Ni siquiera nos hemos dado un beso.

- Deku... -Bakugo comprendía lo que pasaba y le dolía, él también ansiaba volver a estar con su pecoso. El domingo por la noche, tras volver del parque de atracciones, Bakugo quiso tocarse. Quería hacerlo, pero no pudo. Por supuesto que al pensar en sexo con Izuku sentía excitación, pero en cuanto su mano agarraba su pene, le venían a la cabeza las imágenes de lo que había pasado el viernes y le era imposible continuar. Eso le provocaba un miedo atroz, por su puesto que quería besar a Izuku pero sentía que en cuanto se subiera de tono... lo rechazaría, dañando así al pecoso.

- Ya lo sé, Kacchan -volteó y se acurrucó en el regazo de Bakugo-. Y voy a esperar lo que haga falta. Pero... quería hablarlo. No quiero que haya secretos y también tu puedes decirme cómo... -tragó saliva- Cómo te ha afectado todo... Te amo, ¿vale? Y nada va a cambiar eso.

- Yo... -posó su mano sobre la cabeza del pecoso, acariciándole el pelo- Tengo miedo, Deku...

- ¿De qué?

- No pienses que no quiero... Es solo que cuando pienso en eso... No puedo evitar pensar en lo que pasó y entonces... No quiero rechazarte...

- No tenemos que tener sexo -Izuku se levantó y se entó a lado de Bakugo, tomándole el rostro y haciendo que lo mirara-, podemos empezar solo con besarnos. Para mi eso es suficiente -se acercó lentamente a los labios de Bakugo, quien cerró los ojos y recibió el beso. Se sintió cálido y tierno-. ¿Bien?