XXXII. No me mires

38 2 0
                                    

La policía tomó declaración a Bakugo sobre el incidente mientras llegaba Aizawa, quién explicó a la persona a cargo la situación de Eri. Se abriría una investigación para saber si existía algún tipo de organizsción que quisiera tomar a Eri para su beneficio. Mientras Aizawa terminaba con la policía, Izuku e Izumi intentaban lograr, sin éxito, una reacción de Bakugo que no fuera esconderse o hacer un obillo con la manta que le habían prestado los agentes.

Los pensamientos de Bakugo fluían en su cabeza, se preguntaba por qué no fue capaz de moverse, por qué sintió que merecía ser maltratado de esa manera, esa humillación... Levantó el rostro y vió a Izuku frente a él, hablando con Izumi, su rostro denotaba preocupación, era evidente que lo sucedido no le dejaba indiferente. Por su parte, Izumi parecía más calmada, su semblante había cambiado des de la primera vez que la vieron, en muy poco tiempo había dominado su don, Bakugo sabía que gracias a ella habían logrado salvarlo.

Izuku vió por el rabillo del ojo como Bakugo se estremecía, pudo notar como sus ojos empezaban a ponerse vidriosos. Seguramente Bakugo se sentía francamente mal por la humillación por la que pasó. Quería ir a abrazarlo pero era consciente que su cenizo todavía no querría eso. A penas habían podido hablar tras ese intercambio de mensajes.

- Izuku, confía en mi -Izuku miraba a Izumi con reprobación-. No voy a despojarle de los recuerdos, solo voy a darle una oportunidad de ordenarlos.

- Kacchan nunca aceptaría eso -la miró duramente-. No voy a plantearle nada que vaya en contra de sí mismo. Para Kacchan hablar o expresar sus sentimientos es algo muy complejo, no quiero que sea un don el que los haga "ordenarse".

- No sabes cuánto puede tardar eso...

- Esperaré -sonrió mientras ladeaba la cabeza para ver al cenizo-. He esperado 17 años, puedo esperar un poco más.

Bakugo notó la mirada de Izuku y se estremeció, abrazándose más a sí mismo. Aizawa se acercó a los dos alumnos que estaban de pie y les pidió que se encargaran ellos de llevar a Eri a sus aposentos, él haría lo mismo con Bakugo. Aizawa preguntó al cenizo si quería ir a su casa con sus padres mejor que a los dormitorios, dada la situación, pero el cenizo negó con la cabeza. No medió palabra, simplemente siguió a su profesor hasta el dormitorio y se tumbó en la cama.

Unos golpes en la puerta lo despertaron, no se había dado cuenta de que cayó rendido con solo rozar la cama. Al otro lado, la voz de Mina se abría paso entre los golpes a la puerta. Bakugo se levantó y abrió, ante la mirada sustada de su rosada amiga quién se lanzó a abrazarlo entre llantos.

Era algo curioso como Bakugo aceptaba sin rechistar las muestras de cariño de la pelirrosa. Nunca había sentido afecto por nadie, salvo Izuku aunque fuera de una forma ruin, a penas había abrazado a sus padres a lo largo de su infancia. Pero Mina le transmitía una calma extraña, parecido a cómo se sentía con Kirishima, cuando estaba con ellos sentía que podía ser él mismo, más allá del Bakugo gruñón y malhumorado que tenía en su fachada.

- Kats -las lágrimas de la pelirrosa humedecieron la camiseta del cenizo-, ¡que alegría que vuelvas a estar aquí!

- Mina -su voz era dura y rasgada, pero una sonrisa delataba que él también estaba feliz de volver- me estás abochornando, anda apártate...

- ¿Has comido ya? -se secó las lágrimas y cogió una bolsa que había tirado al suelo nada más ver a su amigo.

- ¿Curry? -apartó la silla del escritorio y se sentó en ella.

- ¡Pues claro! -sonrió dejando la bolsa en la mesa.

Bajó una silla plegable que Bakugo tenía en lo alto de su armario y comenzó a contarle qué había pasado los días que el chico no había estado por las clases. Mina sabía que lo último que quería Bakugo era pensar en aquello que había pasado, en lo que había sufrido. Mucho menos abrirse en ese momento por todo lo de Izuku. Por supuesto que la chica quería saber exactamente qué ocurriría con esa pareja, pues interiormente sentía que si ellos no iban a solucionar sus diferencias, jamás lo haría ella tampoco con Kirishima. Aunque esa carga no se la daría al cenizo, era algo que se guardaba para ella.

Tras la guerra [BKDK] 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora