XXXVII. Inseparables

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Los dormitorios eran un bullício de gentío riendo y recordando aún la fiesta de los de primero. No habían dejado que la fiesta durara hasta la mañana, como habían pedido, pese a ello ningún profesor tenía intención de reprimenda a los alumnos que se quedaron en los salones comunes siguiendo con el baile. Izumi y Sero fueron los instigadores en la "post-fiesta" del dormitorio de los de segundo. Con las coronas de rey y reina del baile puestas, insitgaron a muchos a seguir disfrutando, realmente no pasaron desapercibidos durante la noche. Con cada canción eran capaces de marcar un baile entre los dos, como si se tratara de una pareja que lleva años practicando, eso hizo que muchos se fijaran en ellos y acabaran votándoles.

Mina y Kirishima se despidieron sigilosamente tras que el segundo dijera algo en el oído de la primera que hizo que se sonrojara. La tomó de la mano y fueron a su habitación. Bakugo miraba la escena risueño, al fin parecía que esos dos se entendían. Izuku le ofreció una cerveza -sin alcohol, pues con la medicación no podía beber- y le sonrió.

- Has hecho de celestina, ¿eh?

- Tsk... Necesitaban un empujón -tomó a Izuku del brazo y se lo sentó encima de él-. Como nosotros en su momento -lo besó suavemente en los labios, no le importaba que hubiera gente, cuando tenía a Izuku delante era como si el mundo se detuviera y sólo existieran ellos.

- Kacchan... -sonrojado miró al cenizo- Nunca, ni em mis mejores sueños, hubiera imaginado esto.

- Pues tranquilo que no dejaré que nunca despiertes. ¿Vamos a dormir? Me has dicho que te quedabas...

- Como sus majestades nos vean irnos... -señaló a Izumi y Sero que estaban bailando ahora una bachata.

- ¡Pues corramos!

Los chicos salieron corriendo hacia la habitación de Bakugo, Izumi cruzó su mirada con Izuku y le sonrió sonrojada, parecía que ella también estaba disfrutando de la fiesta.

Cerraron la puerta tras entrar y se quitaron la armilla y la americana, desabrochando y quitándose también la camisa para estar más cómodos. Bakugo llenó una jarra con agua y sirvió dos vasos, realmente la noche había sido movida con tanto baile y estaba muy cansado. Volteó a ver a Izuku mientras se quitaba la camisa, también a él se le hacía extraño tener al pecoso en su habitación, dispuesto a todo. Sentir el cuerpo de Izuku con el suyo era una sensación indescriptible, recorrer cada centímetro de su piel se sentía como el paraíso. Ante ese pensamiento, su semblante se ensombreció y apartó la mirada, no sin que Izuku lo notara.

- ¿En qué piensas? -lo abrazó por detrás posando un suave beso en su cuello.

- En lo mucho que me gusta tu cuerpo -Izuku se sonrojó-. Quiero hacer un mapa de cada centímetro de tu piel, primero con mis manos y luego con mi lengua -se giró y le besó-. Y luego cotejar cada día si el mapa sigue actualizado.

- Cuando quieres eres todo un romántico, ¿eh? -su tono era burlón para esconder cuanto le gustaba que el cenizo dijera esas cosas.

- Siento que he perdido mucho tiempo... -lo abrazó con fuerza, tomando la cabeza y hundiéndola en su pecho. Izuku sentía el latido del corazón de Bakugo, estaba muy calmado- No quiero desperdiciar ni un minuto a tu lado. -notó un cambio en sus latidos, parecían acelerarse, como si temblaran.

- K-Kacchan... -le devolvió el abrazo y lo miró sin despegarse- ¿Qué ocurre?

- No es nada -mintió-, solo quiero pasar contigo el resto de mi vida.

- No me mientas... -posó su mano en el corazón- Aunque tu corazón siga aún algo débil, noto cada cambio de él. Algo no va bien... Cuéntamelo -tomó su rostro-, para eso somos pareja, ¿no? Tus miedos son ahora también míos, tus dudas las resolveremos juntos y el dolor se comparte así como la alergía.

Tras la guerra [BKDK] 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora