Prólogo Parte 2: Preparativos y Reflexiones

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Después de una tarde intensa de coordinación y preparativos, Lucas se encontraba en su despacho revisando los últimos informes de inteligencia junto a su suboficial de confianza, el Sargento Primero Martínez. Ambos analizaban los datos recibidos sobre los meteoritos y discutían posibles escenarios de respuesta mientras la base militar zumbaba con la actividad festiva que aún continuaba fuera de sus muros.

El sargento observaba por la ventana cómo los civiles y las familias se reunían en la plaza principal de la base, ajenos a la amenaza potencial que se cernía sobre ellos. El desfile, que debía marcar el inicio de las festividades anuales, ahora parecía más una distracción necesaria que un motivo de celebración genuina.

"¿Crees que deberíamos preocuparnos realmente por estos meteoritos?", preguntó Martínez con tono reflexivo mientras ajustaba los controles de la pantalla principal

Lucas suspiró, pasando una mano por su cabello corto y oscuro. "No lo sé, Martínez. Los informes son vagos y contradictorios. Pero no podemos permitirnos ignorar la posibilidad de que algo grande esté a punto de suceder."

Martínez asintió solemnemente, compartiendo la preocupación de su superior. Habían pasado por suficientes simulacros y entrenamientos para saber que incluso la más mínima amenaza debía ser tomada en serio. Sin embargo, el ambiente general de la base y la falta de señales claras de peligro inminente complicaban las decisiones de liderazgo.

Mientras la tarde avanzaba hacia la noche, Lucas decidió tomar un breve descanso para ponerse al día con María antes de que la situación potencialmente se volviera más crítica. Caminó por los pasillos de la base, saludando a soldados y personal civil que se preparaban para la noche. La conversación informal y las risas ocasionales le dieron un breve respiro de la tensión que lo envolvía.

Finalmente, llegó a su hogar temporal dentro de la base, donde su joven esposa lo recibió con una sonrisa cálida y una cena lista sobre la mesa. Se sentaron juntos en silencio durante unos momentos, disfrutando de la compañía mutua antes de que las preocupaciones del día volvieran a ocupar sus mentes.

"¿Cómo va todo?", preguntó María con voz suave, mirando a su marido con ojos llenos de preocupación.

Lucas tomó un bocado de la comida casera que tanto había extrañado durante sus despliegues. "Bien, supongo. Estamos en alerta, pero aún no sabemos qué esperar realmente, los mandos en la base están preocupados pero no nos dicen nada."

María asintió, entendiendo la naturaleza incierta de su trabajo. Ella había aprendido a apoyar a Lucas en cada misión y despliegue, manteniendo la calma y el equilibrio en su hogar mientras él enfrentaba los desafíos fuera de sus muros.

Después de la cena, el sargento regresó a su oficina para una reunión de emergencia con otros oficiales superiores de la base. Discutieron estrategias de contingencia y planes de evacuación, preparándose para cualquier eventualidad que pudiera surgir en las próximas horas. 

La noche cayó sobre la base, trayendo consigo una tensa calma mientras los soldados y el personal se preparaban para lo desconocido. Lucas observó por la ventana cómo las luces del festival iluminaban la plaza principal, contrastando con la oscuridad creciente que se cernía sobre el horizonte.


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