Parte 4: Regreso al Campamento y Reflexión

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El equipo regresó al campamento con una mezcla de euforia y agotamiento. La misión había sido un éxito, pero las emociones estaban a flor de piel. Habían logrado un golpe significativo contra los alienígenas, pero la lucha estaba lejos de terminar

Lucas reunió a su equipo en la carpa de mando. La Capitana Kyriakos y otros líderes de la resistencia también estaban presentes, listos para escuchar el informe completo de la misión.

—La torre de comunicaciones ha sido destruida —informó con firmeza—. Sin embargo, debemos estar preparados para una respuesta rápida de los alienígenas. Es probable que intenten reconstruir sus sistemas de comunicación o cambiar sus tácticas.

Kyriakos asintió, mirando a cada uno de los miembros del equipo con respeto. —Excelente trabajo. Este es el tipo de acción que necesitamos para mantener la resistencia viva. Pero debemos mantenernos alerta. Los alienígenas no se quedarán quietos después de un golpe como este.

Sophia tomó la palabra a continuación. —Con los datos que recuperamos, podemos continuar interfiriendo en sus comunicaciones. No podemos descifrar completamente su lenguaje, pero al menos podemos causar confusión y desorganización en sus filas.

—Eso es exactamente lo que necesitamos —dijo Jensen—. Cada momento de desorganización nos da una ventaja táctica.

Con el informe completo, la reunión se dispersó y los soldados se dirigieron a descansar. Habían estado operando a un ritmo frenético, y era crucial que se recuperaran para las próximas operaciones.

Esa noche, mientras los soldados dormían, el campamento permanecía en un estado de vigilancia constante. Lucas caminaba entre las tiendas, revisando a su equipo y asegurándose de que todos estuvieran bien. Se detuvo un momento frente a la tienda de Sophia y Sarah, escuchando susurros de conversación.

—Sophia, ¿alguna vez te has preguntado por qué estamos luchando? —preguntó Sarah en voz baja.

—Cada día —respondió—. Pero entonces pienso en nuestras familias, en nuestros amigos, en todos los que dependen de nosotros. No podemos fallarles. 

El Sargento se alejó, dejándolas con sus pensamientos. Caminó hasta un pequeño claro donde solía reflexionar. Miró hacia las estrellas, pensando en la enorme tarea que tenían por delante. A pesar de las dificultades, sentía una chispa de esperanza.

De repente, su radio emitió un crujido y la voz de la Capitana Kyriakos se escuchó. —Lucas, necesito verte en la carpa de mando.

El Sargento se dirigió rápidamente a la carpa. Kyriakos estaba allí, junto con varios otros líderes. En la mesa había un mapa de la región y varios informes de inteligencia. 

—Acabamos de recibir información de un convoy de refuerzos que viene en camino —dijo Kyriakos—. Pero parece que los alienígenas han detectado su movimiento. Necesitamos enviar una fuerza de rescate para asegurar su llegada.

Lucas asintió. —Entendido, Capitana. ¿Cuál es el plan?

Kyriakos señaló el mapa. —El convoy está aquí, en una ruta secundaria hacia el campamento. Los alienígenas han establecido una emboscada en este punto. Necesitamos desviar el convoy y enfrentarnos a la emboscada para asegurar su paso.

Revisó los detalles y rápidamente convocó a su equipo. —Martínez, Elena, Jensen, preparen sus equipos. Tenemos una misión de rescate.

El equipo se movilizó rápidamente, moviéndose a través del terreno accidentado en la oscuridad de la noche. La ruta hacia el convoy era peligrosa, pero estaban decididos a asegurar la llegada de los refuerzos.

Al llegar al punto de emboscada, Lucas y su equipo se dividieron en dos grupos. Uno se movería para interceptar la emboscada alienígena, mientras el otro desviaba el convoy hacia una ruta segura.

—Mantengan la comunicación abierta —dijo el Suboficial—. Tenemos que coordinar esto perfectamente. 

El grupo del Sargento se movió en silencio, utilizando la cobertura natural del terreno para acercarse a la posición enemiga. Las sombras de los alienígenas eran visibles bajo la luz de la luna, preparados para atacar el convoy.

—En posición —informó Jensen por la radio—. Listos para la siguiente fase a su señal. 

Lucas observó la emboscada a través de sus binoculares. —A mi señal. Tres... dos... uno... ¡Ahora! 

El equipo abrió fuego con precisión, tomando por sorpresa a los alienígenas. Las luces de las armas iluminaron la noche mientras las balas y los láseres cruzaban el aire. El mismo lideró el ataque, moviéndose con agilidad y disparando con precisión.

Mientras tanto, el segundo grupo se movió rápidamente para guiar al convoy hacia la nueva ruta. Los vehículos avanzaban lentamente, sus motores ronroneando en la noche.

—Convoy en movimiento —informó Martínez—. Nos dirigimos a la ruta segura.

La batalla fue feroz, pero la coordinación entre los equipos les dieron la ventaja. Los alienígenas, aunque superiores en número, estaban desorganizados y no podían reaccionar adecuadamente al ataque sorpresa. 

Finalmente, los últimos alienígenas fueron eliminados y el camino quedó despejado. Lucas respiró hondo, sintiendo el peso de la misión aliviarse.

—Área segura —dijo el operador por la radio—. Convoy, procedan a la ruta segura.

El convoy avanzó lentamente, pasando por el lugar donde se había llevado a cabo la emboscada. Los soldados en los vehículos saludaban a Lucas y su equipo, agradecidos por su valentía y rapidez.

El equipo regresó al campamento con el convoy, siendo recibidos con aplausos y vítores. Los refuerzos eran cruciales para la resistencia, y su llegada fue una inyección de moral para todos.

Esa noche, mientras el campamento celebraba, el Sargento agotado se retiró a su tienda pero satisfecho. Habían logrado otra victoria, y cada paso adelante los acercaba más a su objetivo final 

Sophia se acercó, una sonrisa en su rostro. —Lo hicimos, Sargento. Cada pequeña victoria cuenta.

Lucas asintió, mirando a su alrededor. —Sí, lo hicimos. Pero no podemos detenernos ahora. Hay mucho trabajo por hacer.

Sophia le dio una palmada en el hombro. —Lo sé. Y estaremos aquí, luchando juntos, hasta el final.

Sonrió sintiendo una renovada determinación. Sabía que la lucha sería larga y dura, pero también sabía que, con su equipo a su lado, podrían superar cualquier obstáculo.

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